sábado, 8 de marzo de 2014

Cómo sobrevivir a un congreso de investigadores


Pues resulta que ahora me he visto en la necesidad de asistir a congresos de investigación. Nadie me preparó para lo que tuve que hacer, así que, ejerciendo el derecho de ser propietaria de este blog y de que puedo publicar lo que me dé la gana y que además soy generosa y compasiva con mis pares, les dejo aquí unos consejillos para sobrevivir a tan magnos eventos:

Vestimenta: lo primero es investigar de qué trata el congreso y quienes serán los asistentes para que no nos agarren desprevenidos con el “outfit”. Si es un congreso de derecho, contaduría y teneduría de libros, administradores o cualesquiera disciplina que requiera cuello blanco, tanto hombres como mujeres deben ir de riguroso traje sastre; camisa blanca; ellos corbata ad oc y ellas, discreta mascada, de preferencia de seda. No olvidar medias color “nude”. Si por el contrario, el congreso es de antropología cultural, filosofía y letras, lingüística o disciplinas afines, artes visuales o diseño gráfico, pueden adoptar el consabido atuendo que consta de blusa o camisa autóctona (de preferencia proveniente de un país latinoamericano en conflicto), pantalón de manta, falda folk o bien, una playera con consejas como: “The Wall. Pink Floyd”; “Se habla Español”; “Es chido ser naco” o cualquiera de la Guerra de las Galaxias.

Actitud: esta parte es sumamente delicada, ya que como todos sabemos, la actitud lo es todo. Nada de hombros caídos y mirada perdida como de gallina comprada, no señor. La entrada tiene que ser espectacular, dominio total del escenario. Si es necesario, sugiero un recorrido previo por el lugar sede. Pueden ensayar levantar una ceja, ya que ese gesto es muy importante al momento de escuchar ponencias de nuestros pares, porque indica que estamos en desacuerdo con el ponente y le hacemos saber que segurito le preguntamos algo. Nunca abrir la boca ni asentir como si estuviéramos de acuerdo. Antes bien, provocar la duda, la incertidumbre y el desasosiego con gestos y miradas de desaprobación. De cuando en cuando, sacar el celular para tomar fotos y hacer apuntes. Eso los pone muy nerviosos.

Preguntas: la sesión de preguntas por parte del público asistente a la mesa es la parte más disfrutable de las ponencias. Es el momento cumbre en donde podemos explayarnos y demostrar al ponente la pobreza de su investigación y al público asistente todo lo que hemos leído y la maravillosa memoria eidética que poseemos al citar al hilo a 27 autores alemanes o checos con una perfecta pronunciación. Para ponerle emoción al asunto, comience sus frases con las siguientes expresiones: “Usted afirma que…”; “Suponiendo que lo que dice sea cierto…”; “Quiero pensar que usted leyó a (mencionar aquí a algún filósofo de un lejano país de Europa del Este)”. El chiste es acorralar, no soltar, avergonzar y destrozar la tesis del expositor.

Título de su ponencia: esto es clave para defenderse de los preguntones del punto anteriormente mencionado. Entre más complicado, caótico y ambiguo sea el título, mejor. He aquí algunos ejemplos: “El humanismo concurrente ante el cangrejo ermitaño: una disgregación prometedora”; “La percepción postconcurrente ante el Manifiesto Comunista: una simbiosis metafísica”; “La retractación impresionista y la Revolución Francesa: una conspiración generacional”; “La desintegración pregeneracional tras las canciones de Bollywood: ¿una yuxtaposición cibernética?”. Tip: los dos puntos le agregan mayor dramatismo al título y fintean al espectador ya que parece que nos van a explicar la primera línea. Nada más alejado de la realidad. Nos provoca aún más desconcierto. Aquí les dejo dos enlaces que me han resultado de mucha utilidad: http://www.yeray.com/generador/ y uno maravilloso en donde pones tus palabras clave y listo: http://www.jmarquez.com/presentr/index.php?lang=es

Cuerpo de la ponencia: Si después de titular su ponencia con los nombres arriba mencionados logra tener una audiencia de más de 5 personas sin contar a los cuatro que van a exponer, es hora de desplegar toda su sapiencia y don de gente para dar paso a la lectura de la ponencia. Se recomienda guardar compostura y seriedad, ensayar el tono de voz y tener a mano una botella de agua. Sugerencia: cuando de adjetivos se trate, no se le ocurra usar los consabidos: bueno, chido, bonito o feo. Utilice palabras del orden de: pasilargo, holográfico, molecular, montable, anfisbaénico, ectoplásmico, atrofiado o cualquiera que tenga seis sílabas: aeromántico, afarallonado, anepigráfico, anquiderribado, antediluvianos, antropográficos, apiramidado, asistemáticos, berberidáceo, caparidáceo, ceremoniático, cingiberáceo y otras por el estilo.

Presentación visual: Procure poner fondo negro a sus presentaciones, esto le da un toque de dramatismo al asunto. Evitar las gráficas de pastel o cualquier modelo legible en pantalla: opte por las gráficas de barras, puntos o bien, ya en el colmo de la complejidad, digitalice de un libro en baja resolución, tablas numéricas con valores tanto positivos como negativos; esto agrega credibilidad a sus resultados pero nadie los cuestionará. Agregando efectos especiales como aparición letra por letra o baile en el espacio del texto hará de su presentación algo alegre y entretenido. Se sugiere poner una diapositiva final con la leyenda “gracias por su atención” y el sonido de aplausos. Tampoco se trata de ser maleducado. Mientras tanto, no olviden mover sus manos de esta manera: http://pijamasurf.com/2014/01/siete-gestos-manuales-que-te-haran-pasar-por-un-sesudo-intelectual-gifs/


Esta entrada se la dedico a mi amiga Tuch, que iniciará el sufrido camino de la investigación. 

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