domingo, 1 de julio de 2012

De esas frasecitas…

Creo que todos hemos estado en situaciones de diversa índole que propicia que los demás en un intento por darnos su apoyo moral o transmitir la felicidad que los embarga por nuestros éxitos obtenidos –cosa que con todo respeto, dudo– nos otorguen una palabra de aliento, estímulo o felicitación acorde al contexto. Pero a veces es contraproducente y se nos sale decir cada cosa… He aquí algunas que, ya sea vividas en carne propia o por experiencia ajena, he sabido: 1.En un funeral: ¡Felicidades! o ¡Muchos días de estos! 2.A una gordita soltera: ¿Estas embarazada? ¡Qué bueno, felicidades! 3.Un compañero de generación: ¡Qué bárbaro! ¿Hace cuantos kilos que no te veo? 4.El chistosito: “Seguro que cuando te subes a la báscula sale una tarjetita que dice: ‘¡qué se baje el otro!’ 5.En tu cumpleaños: “ahora que estas entrando a una nueva etapa de tu vida, te deseo mucha salud y una vida plena”. 6.“¿Y cuántos años dices que cumples? 7.¡Mira nomás! ¡Hasta dónde has llegado! Si yo te conocí de huaraches… 8.“Conozco a una nutrióloga excelente que te ayudará con tu problemita…” 9.La suegra a la nuera: ¿Y tú cómo te cuidas? 10.La misma suegra: ¿Y para cuando el bebé? 11.La madre al hijo: “esa muchacha no te conviene, ni sabe cocinar, ni trabaja…” 12.El amigo iluminado: “No, no, no, todas las personas que te hacen algún daño en realidad estuvieron en tu vida porque son tus maestros, ellos te enseñan cosas que es necesario que trabajes más…” 13.La amiga comprensiva: “No, lo tuyo no es nada, yo conozco a otra chava que nomás vieras, esa sí pa’ que veas que sufrió como condenada…” 14.“¡Mira nomás, esa chava parece chorizo mal amarrado con ese vestido…”. “Es mi hermana…”. “¡No, yo digo la de al lado, la del vestido rojo…”. “Por eso, esa es mi hermana”. 15.La dama encantadora de la telefónica: “Lo sentimos, el saldo de su amigo se ha agotado…”