Hace poco, una amiga nos invitó a participar en un intercambio de conocimientos. La idea me resultó genial, así que me dispuse a hacer una lista. No es tarea fácil, porque siempre apostamos por lo que sabemos hacer. Aclaro que no necesariamente quisiera aprender a hacerlas, ya que la bendita ignorancia me ha ayudado a mantenerme con vida:
- No sé navegar un barco de vela;
- No sé utilizar un taladro;
- No sé abrir una botella de cerveza con el encendedor;
- No sé hacer “donitas” de humo con el cigarro… eso influyó significativamente en que no me convirtiera en una “Femme fatale”;
- No sé patinar o andar en bicicleta “sin manos”;
- No sé hacer una tortilla española, bueno, sólo la mitad de ella, porque lo que no sé hacer en realidad, es darle la vuelta al revoltillo ese…
- No sé hacer macetas de macramé, tarjetería española, bordado con listón ni monos dormilones de peluche, esto me salvó de tener una tienda de regalos… y algo más;
- No sé pescar Marlin, ni cazar leones o ciervos;
- No sé coser a máquina como mi madre…
- No sé cocer un pollo o hacer “cuete mechado”;
- No sé montar una casa de campaña;
- No sé bailar tango;
- No sé distinguir un vino afrutado de uno ligeramente agarroso;
- No sé rapelear, hacer bici de montaña o navegar rápidos;
- No sé sobrevivir a más de 10 kilómetros de distancia de mi pueblo natal, no digamos en la selva lacandona;
- No sé usar una brújula;
- No sé “hackear”, pero si “estoquear”…
- No sé sembrar, cuidar plantas mucho menos cosechar; mejor voy al super…
- No sé manejar un auto estándar: esto a mantenido con vida a los otros;
- No sé caminar sobre la cuerda floja, pero ni falta que me hace, ya con vivir la vida es más que suficiente.