miércoles, 28 de diciembre de 2011

Maridaje popular


Uno de mis mayores placeres es que una querida amiga me invite a cenar a su casa. Además del placer de su compañía y la amena charla que en esas reuniones se da, ella es experta en cocinar cosas sabrosas, pero con arte. Es buena para hacer pozole, tacos dorados, sopes de chicharrón, menudo, quesadillas con huitlacoche, pollo o champiñones, sincronizadas, sándwiches de jamón de pierna y tortas de lomo con aguacate. Estoy cierta que si algún día decidiera poner una cenaduría le iría de peluchin. Pero lo que más me gusta de ella es que domina el arte de la bebida que acompaña a dichas viandas: el maridaje popular.
No es cosa fácil esta, porque el gusto se rompe en géneros. Ya sabemos que no cualquier bebida puede acompañar carnes, pescados o mariscos –ahora conocidos como “frutos del mar”–. Así, tenemos los siguientes binomios garnacha-bebida que quedan a consideración de ustedes:
El pozole sólo puede ser acompañado por un “Jarrito” de tamarindo, lo mismo que los tacos rojos, bocoles, migadas y pellizcadas; En el caso de chalupas, lo ideal es un “Boing” de mango o guayaba. Esta bebida también es ideal para tacos de res, pastor, gringas o chorizo. Los refrescos de cola son digamos que son el comodín de las garnachas, pues esta bebida combina a la perfección con cualquier vianda callejera, eso sí, frío y con hielo en cantidades adecuadas. Algunos por su parte, prefieren en famoso “Pep”, refresco en vías de extinción y que sólo puede ser encontrado en algunas cenadurías o merenderos del mercado y que lamentablemente, está en vías de extinción. Los refrescos “Lulú” o las “Chaparritas el naranjo, que no tienen comparación”, cumplen con el exigente gusto de las personas que prefieren comer más y no llenarse la panza de gas, además de su tamaño, por lo que es preferido por las féminas amantes de la garnacha. Y bueno, no puede faltar el famoso y nunca bien ponderado “Caballito” de Hierro, que por su sabor un tanto metálico hace buena pareja con quesadillas de sesos, carnitas y chicharrón con salsa. Como antes dije, el maridaje popular es cuestión de gustos. Yo definitivamente, desconfío de las bebidas azules o moradas, o esas que son transparentes pero que saben a orozuz o blueberry. Prefiero una chela oscura, esas de plano, quedan con todo.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Lo supe de “oídas”


Ya les he platicado de mi estado peatonal. Esto me da pie a trasladarme por mi rumbosa ciudad ya sea en taxi o en el “urbano”. Y nada hay más placentero para mí que escuchar las conversaciones ajenas que se generan durante el trayecto. Imaginen esta conversación:

Señora de cierta edad: – “Yo se lo dije a mi mamá, pero ahora ya ni modo… pos a ver ahora como le hago…”–
Joven a su lado: –“Psss, ya no te atormentes, ni modo que cambies las cosas…”–

No, bueno, ya el sólo inicio de esa conversación me hace parar oreja, hasta me hago como la que me voy a caer para estar más cerquita:

SCE: –“Si, ya sé, pero lo que más me puede es que no se le quita la maldita costumbre de criticarme todo lo que hago, con quien me junto…”–.
JASL: –“¿A estas alturas? Pss ya estás grandecita ¿No?”–.
SCE: – “Es que si estuvo regacha la cosa, se enteró de una manera bien fea la pobre y pss ora si que ni cómo arreglarle…”–.

A estas alturas, muero de la curiosidad, el morbo embarga a mi alma y mi mente calcula rápidamente con fórmulas aprendidas en secundaria sobre distancia y tiempo, cuánto me resta para develar el misterio:

JASL: –“Pss habla con ella, dile que no fue tu intención, que pss eres humana, que todos nos equivocamos y merecemos una segunda oportunidá [sic]…”
SCE:–“ ¿Y la niña? A ver, dime que hago con la criatura… ella no tiene la culpa, ta’ chiquita…”
JASL: –“¡Ay no ma…! ¡Ella ni por enterada! Total, ya le dirás cuando tenga consciencia…”–

Consternada, veo que sólo me quedan dos cuadras para mi parada. ¿Qué hacer? ¿Me bajo? ¿Le sigo? ¿Y si se bajan ellos en la siguiente parada? ¿Y si viven hasta la punta de la cola del diablo y luego no tengo cómo regresarme? Ni modo que los siga, o que le dé mi tarjeta alegando que soy “coaching” en desarrollo humano… No me queda más que el recurso de terminar la historia usando mi imaginación. Luego les cuento en que acabó todo, que me tengo que bajar en la siguiente…

domingo, 4 de diciembre de 2011

Pues aquí nomás….

Cuando uno es jovenzuelo no se preocupa por el futuro a largo plazo. Vemos el fin de nuestros días muy alejado de nuestra realidad. Pero el tiempo pasa más rápido de lo que pensamos y cuando menos lo esperamos, tenemos tras nosotros miles de vivencias, experiencias de aprendizaje y otras tantas de las que no quisimos aprender. Considero que en una mediana edad es importante pensar en un plan de vida para cuando nos llegue el tiempo de descanso, de recapitular lo vivido, de compartir con los demás esa experiencia y sabiduría que la vida nos concedió. En un pequeño parque de mi ciudad, se reúnen a diario varias personas, algunas jubiladas, otras, solas porque la vida los llevó a esa situación. A este grupo yo lo nombro “El club de la banca de Tequis”. Todos los días, siete días a la semana, acuden unos presurosos y otros no tanto, a la esperada cita en la banca de Tequis. Ya los visitantes asiduos al parque respetan el lugar de los provectos personajes que acuden a su banca a componer el mundo. Las pláticas que se suscitan en esa banca son muchas y recurrentes: “todo tiempo pasado fue mejor”; “cuando yo era niño…”; “Ahora los muchachos se comportan…”; “¡Mira nomás esa pareja…!”; “¿te acuerdas de Perenganito, el que se casó con Menganita…?” y un sinnúmero de frases hechas, hechas para personas que viven de sus recuerdos, que no saben vivir el momento, que están muertos en vida, que ya nada los ilusiona ni los motiva. Sienten que han cumplido: como padres o madres, buenos proveedores del hogar, sufrieron pérdidas, tuvieron prosperidad o por el contrario, la vida les quitó lo que por derecho pensaron que les pertenecía; hicieron daño y se los hicieron pero también dieron lo mejor de sí en el trabajo y vieron sus esfuerzos recompensados con un reloj con el logo de la empresa impreso en la carátula o una pluma fuente que ya no tiene repuesto… Es importante tener amigos, socializar, no quedarse en la casa “nomás alimentando el juicio”, deprimidos porque ya nadie les hace caso, porque los hijos se encuentran en plenitud profesional y cuidando de sus familias. Pero una banca en un parque no lo es todo en la vida. A cualquier edad es importante tener un proyecto de vida, de acuerdo a nuestras capacidades, a nuestro estado de salud. Si todavía se puede ser independiente, si todavía se tiene capacidad motora; si nuestros achaques se pueden controlar con medicamento considero que es realmente triste abandonarse a ver pasar la vida sentado en una banca de un parque. Según estudios realizados, si una persona de la tercera edad logra estructurar un plan de vida que incluya actividades culturales, sociales, de aprendizaje o ejercitación física, logra atrasar su reloj biológico de 10 a 15 años. Lo maravilloso de tener un plan de vida a esa edad es que ahora se hace por voluntad propia, para alimentar “mí espíritu” y no el de los demás. Es la época de disfrutar lo sembrado, de compartir la sabiduría y el conocimiento acumulado a lo largo de los años; es tiempo de hacer agradable la vida a los demás… Esta nota se la dedico a mi padre, que pasa sus días en una banca… con mucho amor te digo: tienes mucho por dar, mucho por enseñar, pero también, todavía tienes mucho por aprender. Te amo padre.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¡Córtalas para siempre!

Hace poco estaba platicando con una pequeña amiga de 11 años. Ella me comentaba lo difícil que es escoger a las amigas. Me acordé de cuando yo tenía su edad y un dejo de nostalgia junto con un hoyo profundo en la panza apareció. ¡Qué difícil es la niñez a veces! En esos tiempos no se conocía lo que ahora les ha dado por llamar “bulling” o acoso a alguien, ya sea por gordo, por egoísta, porque sus papás son raros o porque no gusta de lo mismo que los demás. Cuando alguien te decía “¡Córtalas para siempre!” mostrándote delante de la cara sus pequeños dedos índice y pulgar unidos en un círculo que representaba la amistad a punto de ser destruida por el corte certero del dedo índice del afectado era la peor afrenta que uno podía recibir. Cuantimás si con anterioridad se habría celebrado un pacto de amistad incondicional, de esos que son “para siempre”. Normalmente, los pactos de amistad se llevan a cabo en condiciones harto románticas: durante un campamento, en un retiro espiritual, a la hora del recreo o por las tardes, cuando vas a jugar con tus amigas a las muñecas o –en la actualidad–el X-boxs, lo que se prefiera. El pacto constaba de ensalivar el dedo meñique o “chiquito” de la mano derecha y unirlos, de modo que nuestros respectivos ADN quedaban mezclados en una sola alma y un solo ser. Había una variante que se hacía realizando un pequeño corte con una navaja de rasurar, pero esas eran palabras mayores, porque ese era EL PACTO DE SANGRE, que es mucho más fuerte e indestructible. Si aunado a todo el ritual decíamos las palabras cabalísticas: “somos amigas de dedo chiquito, si nos enojamos, se enoja Diosito”, eso era el acabose. Ya no había poder humano o sobrenatural, fuerza cósmica, embrujo ni hechizo alguno sobre la tierra o universo conocido hasta entonces, que pudiera dividir esa inquebrantable amistad… hasta que llegaba tu amiga al día siguiente blandiendo ante tus ojos lagrimosos el “terrible círculo de la amistad” por alguna razón babosa como que te habías llevado las liguitas de sus frenos dentales para usarlas en el pelo de tu Barbie o cosas por el estilo. Como en toda historia que se precie en donde luchan las fuerzas del bien y el mal, había una solución, un remedio al corte letal del círculo fraterno. Tres palabras –si no son tres o siete, no funciona– nos devolvían el alma al cuerpo, el universo recuperaba su armonía, todo estaba bien y en orden y el cosmos volvía a entonar su alegre melodía: ¡Chócalas de nuevo! Y pensar que ahora todo se soluciona con un término gringo, nomás le pones “unfriend” y ¡listo! el FaceBook pone a tu amistad a dormir el sueño de los justos sin problema…

domingo, 20 de noviembre de 2011

El amor cortés… de cajón

Si están pensando que me voy a arrancar escribiendo sobre juglares, damas abandonadas con cinturones de castidad atados a sus partes pudendas y trovadores sedentarios, autores de gestas de caballeros inexistentes que luchan contra fieros dragones… están muy equivocados. En esta ocasión y para no variar, me he visto en la necesidad de recurrir a la inspiradora compañía de mis amigas comunales para tratar un tema harto delicado al que denominamos el “amor cortés” y su variante, el “de cajón”. Se le llama “amor cortés” en esta época posmoderna, al acto de ser comedida, consecuente, amable, fiel, y devota amante con tu pareja por convicción, sin que exista cohesión ni amenaza alguna por parte de la otra mitad del equipo. O sea, una variante de la epístola de Melchor Ocampo, pero por propia voluntad, sin ley de por medio –eso ya ni se usa–. Y nótese que lo puse en femenino. Porque el amor cortés de ninguna manera aplica a la parte masculina, eso es impensable, ellos son la parte fuerte, viril, proveedores oficiales del hogar, sostén indiscutible de la damisela encantadora y sus débiles vástagos producto de su amor inquebrantable. Las acciones definidas como “De cajón” en el amor, son las que la mujer, dada su innata intuición femenina debe saber y conocer al dedillo con todas las variantes posibles que pasen por la cabeza del proveedor oficial para que éste –en la medida de lo posible- no se vea incomodado, se sienta resentido, rechazado o fuera de lugar en ese santo lugar denominado hogar. Así que haciendo acopio de toda la experiencia propia y extraña, comparto con todas las féminas conocidas y desconocidas de este blog a más de alguno que otro caballero, algunas de las acciones a llevar a cabo para que se sepa cuáles son las correspondientes al amor cortés y cuáles a las de cajón y así poder llevar la fiesta en paz y armonía. A saber:

Amor Cortés: darle masaje en los pies cuando llega cansado del trabajo; tener la cena lista, el baño calientito, la TV sintonizada en el canal de deportes preferido o en el E! en donde encontrarán a las mejores chicas de pasarela del mundo; refrigerador con el 70% lleno de cerveza fría y botanita fina; por ningún motivo llevarlo a comprar el mandado de la semana, eso te toca a ti. A él invítalo a tiendas de tecnología, ropa de marca o deportiva o juguetes como X-box o de música y videos; mándale un memo informándole sobre la siguiente junta de padres de familia, no le avises media hora antes, eso necesita tiempo de asimilación al igual que ir a visitar a un familiar enfermo o ir a dar un pésame. Mientras no se quede sin calcetines ni calzones, no hay problema, las camisas como quiera las puedes planchar en el momento…

De cajón: recoger chones y ropa sucia, toalla húmeda sobre el piso o en la cama recién tendida; cambiar el rollo de papel de baño con regularidad y tener un artefacto almacenador de tales artículos para que no se quede sin ellos “a medio camino”; mantener su celular siempre con crédito, tú deposítale, él no está para pensar en “esas cosas”, lo mismo con el pago de luz, teléfono, cable, Internet, renta y comida para la mascota. Si lo cachas tomando jugo directamente de la botella o pellizcando el jamón o queso, sé comprensiva, tiene hambre y además, como dice una amiga “ya le perdiste el asco, ya que…”.

¿Ya captaron la idea? Cualquier comportamiento contrario al indicado líneas arriba puede ser considerado como “inhumano”, así que ya se lo haigan…

sábado, 12 de noviembre de 2011

¡Nueva imagen!

Hace mucho que quería cambiar la imagen de mi blog. Y bueno, siempre es una excelente idea recurrir a los profesionales para esto. La hermosa cabecera de mi blog fue realizada por el
magnífico ilustrador y diseñador gráfico Daniel Ramírez Moore. ¡Me encantó! y quiero reconocer su excelente trabajo, ya que captó la idea de "Medusa retro" que deseaba darle. Muchas gracias Daniel, por tu trabajo, por tu arte, por tu amistad. Rima.

sábado, 5 de noviembre de 2011

El día “D”

Si se están imaginando que me voy a arrancar escribiendo sobre el atroz acontecimiento acaecido durante la Segunda Guerra mundial en las playas de Normandía, están muy equivocados. En esta ocasión les hablaré de los “Días de…”, esos días que conmemoran fechas que pretenden sean inolvidables para una población específica, una nación o incluso, el mundo entero.

Estoy de acuerdo en que un país conmemore su independencia de los tiranos colonizadores; que se conmemore que una pobre criatura se tuvo que aventar al abismo envuelto en una bandera para salvar el honor patrio; que hagamos actos cívicos al lábaro patrio aunque sólo nos sepamos dos estrofas del himno nacional; que se conmemore el día del cáncer de mama, el día del padre, el de la madre, el del niño, incluso en un acto de fe irredenta, el nacimiento del niñito Jesús…pero estos ejemplos que a continuación expongo, rebasan todas mis expectativas de celebración. Hago la aclaración de que decidí no poner el país que celebra dicho acontecimiento u homenaje por discreción y respeto a la libertad de pensamiento. Digo, si a alguien se le antoja celebrar el día del Hot Dog, pues muy su derecho ¿No? Ahí les va la lista:

Día del hot dog 23 de julio

Día del orgullo friki 25 de mayo

Día de no comprar nada

Día contra la mala suerte en las bodas

Día del chocolate

Día del nudismo

Día de la marmota: 2 de febrero

Día del queso

Día de la tortilla de patata

Día de la Pizza

Día de la toalla

Día del orgullo zombie

Día de Lady Gaga

Día del autoestop galáctico

Día del orgullo heterosexual: tercer domingo de diciembre

Día internacional de la masturbación: 23 de julio

Día del número Pi: 14 de marzo

Día nacional del espiritismo: 18 de abril

Día nacional del cantante de las diferencias

Día nacional del forro

Día mundial en recuerdo a los muertos en accidentes de tráfico

Día de la Innovación

Día Nacional del taxista

Día de la Legalidad

Día del Presidente de la Republica

Día Nacional del Perdón

Día Nacional de la Verdad

Día de la Esperanza

Día Nacional de la Gratitud

Día Nacional del Macarrón

Día Nacional del Pescador

Día nacional de la Voz

Día Nacional del Ladrón

Imagino que habrá muchos más y que incluso algunos ya hasta andan pensando en meter una iniciativa de ley para conmemorar el día de la alcachofa o similares. Si lo hacen, me avisan, me encanta conmemorar absurdos…

jueves, 20 de octubre de 2011

Impunidad amorosa

Recién he platicado con una amiga sobre qué hacer cuando una conoce a un tipo en algún antro, restaurante, cafetería o esperando el camión y como que se siente esa química en el ambiente. Y hemos llegado a la misma conclusión: lo que deberíamos hacer es acabar con la impunidad amorosa y pedirle sus generales asentados en una cartilla obligatoria, como la militar. Todo mundo se preocupa que si porque la violencia esto o aquello, que si porque el sistema de justicia está de la patada, que si porque la policía es corrupta, que por que Fulano es hijo de Mengano y por eso goza de impunidad. Pero yo no conozco a nadie que se dedique a combatir la impunidad amorosa. Y lo peor de todo es que como todos los involucrados en el proceso se ofrecen a sí mismos como libres de culpa, bien buenas gentes y jamás andan avisándole a la nueva relación de que ya fueron infieles más de diez veces, que no pasan la pensión y que además son pegones pues aquí les pongo nuestra propuesta, y digo nuestra porque nos pasamos toda una tarde muertas de risa planificando lo que sería la SECONIA, que suena amenazante pero no es otra cosa que la “Secretaria Contra la Impunidad Amorosa”, la cual estará en convenio permanente con el ministerio público, el DIF, la PRODEM, el IMES y la PGJ, por mencionar algunas.

Para empezar, se tienen que dejar establecidos los delitos –federales, por supuesto- que se perseguirán, juzgarán y condenarán tal y como si se tratara de un delito punible en todas sus formas, a saber:

  • Estafa emocional: jurar amor en vano o crear falsas expectativas amorosas;
  • Antecedentes de infidelidad;
  • Plantones en registros civiles (en iglesia no aplica por las leyes de reforma):
  • Cortar la relación utilizando excusas baratas como: “necesito tiempo”, “Yo soy el del problema” o “necesito estar solo”;
  • Que se siga viendo con su exesposa o lo que es peor, que siga viviendo con ella por “cuestioneseconómicasperonotenemosnadaquever”.

Como es larga la lista de la inpunidad amorosa, ya estamos concretando un reglamento con su respectivo código legal que espero algún día me publiquen. En este punto debo hacer la aclaración de que la edad de aplicación del reglamento será iniciada la mayoría de edad y hasta aproximadamente los 70 años, donde ya no hay nada que hacer.

Por otra parte, la SECONIA ofrecerá a la ciudadanía femenina los siguientes servicios, que se proporcionarán a las solicitantes sin costo alguno:

  • Servicio de denuncia anónima las 24 horas del día, los 365 días del año;
  • Disposición de banco de datos en donde, de forma cronológica, se proporcione información del número de noviazgos, matrimonios, relaciones extramaritales y otras y la duración de cada uno de estos rubros; razones de la ruptura y argumentos utilizados;
  • Sistema vía telefónica testimonial anónima sobre su desempeño sexual, preferencias y/o parafilias; enlace directo al buró de crédito, vicios encarnizados como alcoholismo o drogas, por mencionar algunos.

También se asentarán los siguientes datos en la cartilla: si el sujeto vive aún con sus padres después de cumplidos los 30 años; cuántos partidos de futbol ve a la semana; consumo de bebidas embriagantes promedio por semana; coeficiente que indique el grado de retención de datos importantes como cumpleaños, aniversarios de novios o de matrimonio; si ronca; si se baña diario y si le habla a su automovil.

Aradezco infinitamente a mi amiga BN por su apoyo en cuestiones legales para la redacción de esta nota. Si alguna de mis lectoras tiene alguna sugerencia, con gusto se le atenderá en la sección de comentarios. Esta nota está dedicada a “Miss Teacher” con todo cariño ¡Ánimo!

domingo, 9 de octubre de 2011

Cómo convertirte en el amor de su vida

Recién se han manifestado en mi vida los que yo llamo “Zombis”. Son aquellos a quienes dábamos por muertos en nuestra vida, que ya olvidamos y de los que de repente nos preguntamos: “¿Qué se habrá hecho fulano o zutana? Los muy… tienen el descaro de verte y decir: “¡Estás igualita! Por ti no pasan los años… ¿Sabes? He de confesarte que tu eres el amor de mi vida. Analizando estas sencillas pero devastadoras palabras surgen muchas preguntas sobre cómo se convierte una en el amor de la vida de alguien: ¿Por qué en el momento de estar juntos no pensaba lo mismo? ¿Qué tragedia fue la que le pasó para que esta pobre criatura piense eso? ¿Qué oscuro pasado esconde? ¿Le iría mal con su ahora exesposa? Así que desglosando en asunto, pongo aquí algunos requerimientos para convertirse en el amor de la vida de alguien, confesión que no deja de resultar halagadora después de veinte años:

Primero, tienes que ser comprensiva: que si llega tarde una hora después de lo acordado, tu salgas con una sonrisa de manera inmediata, no lo hagas esperar y además le digas: “no importa amor, ya sé que estás muy ocupado”, aunque sepamos que lo que estaba haciendo era dormir o viendo el final de “Residen Evil IV”, que para eso estudian para zombis;

2. El detalle cuenta: si es 14 de febrero; se cumpla un mes de estar saliendo con él; sea su cumpleaños, navidad o fiesta significativa en su vida –por ejemplo, aniversario de la compra de su primer coche–, compra inmediatamente un detalle que sepas que le gustará: evita ositos de peluche y cosas ñoñas, ni se te ocurra pegarle a su auto post-it con mensajitos amorosos, mejor cómprale un kit de herramientas para el coche, una loción Hugo Boss o de preferencia una que nadie use –la puedes encargar a París– y dile que el olor a maderas te recuerda su viril aroma;

3. Siempre, siempre, prepárale la cena cuando te vaya a visitar a tu casa: la comida italiana es fácil y rápida o de plano, si la prisa es mucha, unas quesadillas, con su salsita molcajeteada –no de lata, por favor– y si le puedes ofrecer una chela o cuba para acompañar, mucho mejor;

4. Escucha: no lo llenes de palabrería sobre las broncas con tus amigas, ni le cuentes historias bobas de tu vida; de lo que se trata es de que se sienta el centro de tu universo y que todo lo que te platica, así sea que ese día vendió tres pares de choclo bostoniano del número 7, es de lo más interesante. Alábalo y demuéstrale tu admiración incondicional;

5. Sal a recibirlo vestida con prendas sugerentes: no se trata de ser corriente y enseñarlo todo, un escotito que deje ver tu surco intermamario –este término lo saqué de Wikipedia– de manera discreta lo hará sentirse deseado y sabrá que estas dispuesta a todo… Nada de que “estoy cansada” y “me duele la cabeza”, eso mata todo lo ganado;

6. No lo atosigues presentándole a toda tu familia, no lo comprometas a nada, siempre pregúntale si te quiere acompañar a la comida familiar o a la boda o la cumpleaños de la bisabuela, ya sabemos que eso les choca;

7. Tampoco, por ningún motivo le digas que él es el “amor de tu vida”, eso suena a un compromiso contundente y eso es precisamente lo que hay que evitar;

8. Y para rematar, después de demostrar que eres linda, detallista, siempre escuchas, estás dispuesta a hacerle de cenar y a tejerle un suéter, en ese preciso momento en el que el amor esta en la cúspide del enamoramiento, provoca una situación trágica que los separe: vete a estudiar a Inglaterra y dile que allá conociste el verdadero amor; dile que el amor entre los dos es imposible porque son de distintas sociedades y la familia se interpone y que la opinión de tu madre pesa demasiado; dile que tienes una enfermedad que te impedirá tener hijos o ya de plano, si nada funciona, utiliza el consabido “no eres tú, soy yo”, “necesito tiempo para pensar” y todo ese verbo que ya nos sabemos.

Te aseguro que dentro de veinte años, él te encontrará en el supermercado haciendo la compra, volteará para verificar que su esposa esté comprando canela en rama y te dirá: “¿Sabes? Tú eres el amor de mi vida”… Caray, yo no sé porqué no escribo en Cosmopolitan….

domingo, 18 de septiembre de 2011

Las cosas que no sé hacer

Hace poco, una amiga nos invitó a participar en un intercambio de conocimientos. La idea me resultó genial, así que me dispuse a hacer una lista. No es tarea fácil, porque siempre apostamos por lo que sabemos hacer. Aclaro que no necesariamente quisiera aprender a hacerlas, ya que la bendita ignorancia me ha ayudado a mantenerme con vida:

  • No sé navegar un barco de vela;
  • No sé utilizar un taladro;
  • No sé abrir una botella de cerveza con el encendedor;
  • No sé hacer “donitas” de humo con el cigarro… eso influyó significativamente en que no me convirtiera en una “Femme fatale”;
  • No sé patinar o andar en bicicleta “sin manos”;
  • No sé hacer una tortilla española, bueno, sólo la mitad de ella, porque lo que no sé hacer en realidad, es darle la vuelta al revoltillo ese…
  • No sé hacer macetas de macramé, tarjetería española, bordado con listón ni monos dormilones de peluche, esto me salvó de tener una tienda de regalos… y algo más;
  • No sé pescar Marlin, ni cazar leones o ciervos;
  • No sé coser a máquina como mi madre…
  • No sé cocer un pollo o hacer “cuete mechado”;
  • No sé montar una casa de campaña;
  • No sé bailar tango;
  • No sé distinguir un vino afrutado de uno ligeramente agarroso;
  • No sé rapelear, hacer bici de montaña o navegar rápidos;
  • No sé sobrevivir a más de 10 kilómetros de distancia de mi pueblo natal, no digamos en la selva lacandona;
  • No sé usar una brújula;
  • No sé “hackear”, pero si “estoquear”…
  • No sé sembrar, cuidar plantas mucho menos cosechar; mejor voy al super…
  • No sé manejar un auto estándar: esto a mantenido con vida a los otros;
  • No sé caminar sobre la cuerda floja, pero ni falta que me hace, ya con vivir la vida es más que suficiente.
Aquí les pongo un vínculo relacionado: Ver

sábado, 10 de septiembre de 2011

El ángel exterminador

Hace ya algunos ayeres, vi una serie de dibujos animados en donde un gato era picado por el “gusanillo del juego”. El pobre animal entraba en un estado compulsivo en donde todo lo que quería era jugar. Por supuesto, se topaba con el malvado perro, el cual ganaba todas las partidas. Los castigos eran terribles, pero el gato no paraba de jugar, no importaba cuan terrible pudiera ser el castigo. Fue tal mi trauma ante esta visión, que le agarré una aversión inmensa a todo lo que me sonara a juego de mesa: ni cartas, ni Backgammon, ni Damas, ni nada. Recién fui a su casa de unos amigos que, a sabiendas de mi repulsión desmedida por tan deleznable actividad, me invitaron a jugar “Marathon”, que de todos, es el que más tolero. Como los quiero mucho, accedí a ir a la reunión. Cual sería mi sorpresa al ver que tenían dos tableros de Rumi muy puestos sobre el tapetillo verde de una mesa de juego. Ya ni modo de regresarme. Respiré hondo y me propuse disfrutar la velada sin chistar.

El juego hace brotar en el ser humano las pasiones más ruines y bajas que imaginarse puedan: los ojos se inyectan y lagrimean a la par, la avaricia se dispara –peor tantito si van de por medio fichas, frijoles o cualquier leguminosa que represente un alto valor en el mercado-, la mente se encuentra alerta, presta a protestar ante la suerte ajena aún cuando los efluvios del alcohol corren presurosos por la sangre; los peinados se descomponen, y las manos se retuercen al sostener en un rictus casi artrítico las veintisiete cartas en donde no sale ni “corrida”, ni “tercia” y hay que “comer” para poder “bajarse” –este acto, terror de todo jugador empedernido-. La amistad entrañable que te une a los jugadores queda nulificada cuando le tapas o le deshaces el juego a alguien; muchas veces he quedado clavada en mi silla ante la mirada fulminante de una jugadora despechada. Así que como dice un amigo, me quedo atornillada al asiento como protagonista de la película “El ángel exterminador”…

Aquí les pongo el enlace del corto animado que les cuento, para que se diviertan un rato… Ver.


lunes, 29 de agosto de 2011

Origami amoroso

No cabe duda que los amantes decimonónicos se daban sus mañas para comunicarse, confieso que nunca había visto el “lenguaje de las tarjetas” aquí se los pongo por si se les ofrece:

Doblada la esquina derecha superior: VISITA

Doblada la esquina izquierda superior: FELICITACIÓN

Doblada la esquina izquierda inferior: DESPEDIDA

Doblada la esquina derecha inferior: PÉSAME

Dobladas las dos esquinas superiores: VEN A VERME

Dobladas las dos esquinas inferiores: CORRESPONDIDO

Dobladas las dos esquinas de la derecha: ACEPTO

Dobladas las dos esquinas de la izquierda: NO VUELVAS

Doblada la esquina derecha superior o izquierda inferior: CITA

Tres esquinas dobladas hace dentro: NO HAY PELIGRO

Las mismas esquinas dobladas hacia fuera: HAY PELIGRO

Dobladas las esquinas inferiores una hacia dentro y la otra hacia fuera: ESPERANZA

Dobladas las dos esquinas de la derecha una hacia dentro y la otra hacia fuera: NO PUEDO

Dobladas las cuatro esquinas: CALABAZAS (sic)

Doblada la tarjeta por la mitad: DESPRECIO.

Nada más de imaginarme cuántos errores se pudieron haber cometido por no saber este código mi alma tiembla de pesar. Me chocan los amores no correspondidos.

Sacado de: “Colección Cartas amorosas No. 2”, Editorial Vanegas Arroyo, México. Grabado por José Guadalupe Posada.

jueves, 18 de agosto de 2011

Tres cosas me tienen preso…

Hace poco fui a la Cd. De México con unas hermosas niñas. Y en nuestras andanzas nos encontramos este texto, que pongo a su disposición para que lo tomen en cuenta:

Observaciones Para los que deseen casarse con una mujer hermosa

Para que una mujer goce de perfecta hermosura necesita:

Tres cualidades: manos, dientes y cutis blancos

Tres rosadas: las mejillas, las uñas y los labios de la boca (sic), conservándolos con aseo.

Tres negras: las pestañas, las cejas y los ojos sin compostura alguna.

Tres anchas: la frente, la espalda y el pecho aseado cuidadosamente;

Tres gruesas: los brazos, las pantorrillas y las piernas, sin abultarlas con cojincillos;

Tres estrechas: el empeine del pie sin que le oprima el calzado, la cintura sin que le estreche el corsé y la boca con su dentadura limpia:

Tres pequeñas: la nariz, las orejas y el pie, sin usar botas con tacón de palo;

Tres medianas: la cabeza, el cuello y los pechos sin abultación;

Tres largas: un hermoso cabello, el talle y las manos.

No hay que olvidar estas cualidades al elegir mujer bonita.


Colección de cartas amorosas No. 3

Editor Vanegas Arroyo, México.

Grabado de portada: José Guadalupe Posada


“Tres cosas me tienen preso

de amores el corazón,

la bella Inés, el jamón

y berenjenas con queso”.

viernes, 12 de agosto de 2011

Exceso de información

Acabo de llegar a una reunión en donde la amiga de una amiga que conocí en una comida tuvo a bien invitarme. Es una “demostración”, lo que implica chutarte dos horas escuchando los parabienes y beneficios que acarrea el producto en cuestión. Pienso que ojala estén ricos los bocadillos, o de perdida, que me complazcan con una cubita. En fin, no conozco ni a la mitad de las asistentes. Saludo a la concurrencia con cara de “que amable soy, no represento peligro” y reparto sonrisitas por aquí y acullá. Me siento al lado de una güerita chaparra que inmediatamente voltea hacia mí y me espeta: “¡Hola! Me llama Anaís y soy divorciada. ¿Tú eres divorciada?”. Se me atraganta el canapé y comienzo a toser de forma descontrolada y poco educada. Me le quedo viendo a la chaparrita y pienso en qué lo contestaré. Si le contesto que sí, entonces me obligará a abrir mi corazón y me sacará el mayor número de información posible. Si le contesto que no, me lanzará un extrañamiento cargado de envidia y jamás querrá volver a hablar conmigo, lo cual, en última instancia será de lo más conveniente. Como me gustan las emociones fuertes, la dejo con la duda y pregunto el precio de un menjunje color verde chocolate que sirve para el acné.

¿A ver? ¡Pero qué necesidad de andar caminando por la vida dando exceso de información a gente que una ni conoce! Todavía el caso arriba mencionado pasa, pero cuando te toca alguien con cara de “soy mártir, pero así me tocó vivir” huyo velozmente. Misma situación que el párrafo anterior, pero ahora imaginen que la chaparrita les dice: “¡Hola! Me llamo Anaís y fíjate que está muy incomoda la silla”. Tu amablemente dices: “Si quieres te cambio el lugar”. La otra contesta: “No, gracias. Lo que pasa es que no me siento bien en ningún lado, por la operación de la hernia”. (En este momento huyan, si pueden) Si son como yo, que sienten una gran pena ajena y tienen temor de Dios, seguirán preguntando: -“¿Te operaron de una hernia? –“En realidad, de dos. Y me tengo que sentar semiacostada porque la cicatriz me cala”. –“Aaah, pues que mal, espero que te mejores pronto” –“Pues si, ya me dijo el doctor que me tengo que cuidar más. El otro día me supuró un líquido como amarillo verdoso, no era pus, porque yo sé lo que es la pus, nada de eso, más bien era como una especie de plasma pero babosa, la verdad sí me preocupé porque al rato, ya tenía unos puntitos como rojos con morado medio raros alrededor de la cicatriz. ¡Mira! Todavía me quedan algunos, déjame enseñártelos”. Y abriéndose como de rayo la bragueta del pantalón, me enseña una cicatriz purulenta del tamaño de un ciempiés oriundo de la selva amazónica. ¿En qué momento pensó que yo podía dar mi docta opinión? ¿Me vio cara de experta en puntitos morados? No lo sé, pero de estas plácticas me he chutado dos mastectomías, una histerectomía, una recompuesta de rótula y una operación de túnel carpiano. Y yo, que sin atentar contra la benevolencia de los dioses, sólo tengo en mi haber dos caídas de triciclo y un golpe con un poste, me quedo sin habla. Definitivo, tendré que inventarme un pasado llegador con historial médico incluido.

Nota aclaratoria: este tipo de pláticas sólo se las tolero a mi madre, a hermanas directas, a amigas casi hermanas, primas y a una que otra ajena a mi vida, siempre y cuando vaya acompañada de las jerarquías antes mencionadas.

martes, 26 de julio de 2011

Ya la cosa no es como antes….

“…Antes, los crímenes eran ejecutados de manera pensada, con “modus operandi”, se hacía batallar a la policía, se escribían libros de los espeluznantes casos, se paraban las rotativas, se peleaban la noticia… ahora, a cada rato nos encontramos con balaceras, con cabezas literalmente rodando en los caminos, ya ni nos asombramos… ¿Qué fue de Goyo Cárdenas”, ese sí pa’ que vean que la supo hacer…” Esto lo dijo mi madre, que ya ven como es.

“…Antes, fumar era un placer, genial, sensual… Si queríamos reflejar que éramos de “mucho mundo”, luego, luego a aprender a fumar. Eso nos hacía parecer “más grandes”. Pedirnos un cerillo de carro a carro era pretexto para conocer prospectos; encender un cigarro, un acto de caballerosidad… Ahora, somos parias de la sociedad, nos sacan a la calle a echar humo, nos exponen a insolaciones y pulmonías y la gente nos señala con el dedo como si fuéramos los asesinos seriales del párrafo anterior…” Esto lo digo yo, que ya no puede una salir y fumar a gusto…

“Antes, los muchachos les abrían la puerta del carro a las muchachas y luego ellas le quitaban el seguro a la puerta del conductor, prueba irrefutable de buena fe… Ahora los coches tienen seguro eléctrico, así que “ahí le abres ¿no?” Desconfíen del hombre que las deja pasar primero para subir una escalera, seguro les quiere ver las piernas y lo que se pueda…” Esto lo dijo mi amiga M, que siempre es rete acertada.

“…Antes, uno ni se enteraba de nada. Ni a dónde iban nuestros amigos o pareja, o de dónde venían, o a quién se encontraron o dónde se conocieron. Y vivíamos felices en esa bendita ignorancia… Ahora, con las redes sociales, de todos somos amigos, pero de todos sospechamos: “¿Quién es ese güey que te puso ‘me gusta´? ¿Cuándo fuiste a esa fiesta que ni me dijiste? Y la verdad, me importa un rábano si alguien se tomó un licuado de plátano, conoció a una artista o está decepcionado de las mujeres…” Eso también lo digo yo, que el feis ya me tenía frita…

sábado, 16 de julio de 2011

1000 maneras de morir

A veces pienso que mi casa se confabula contra mí. Despliega todas sus armas para ponerme en peligro de muerte de la manera más evidente posible. Todo comenzó con el timbre de la puerta. De repente, un día cobró vida. Comenzó a emitir un zumbido insoportable; tuve que desconectarlo y darle unos diez chanclazos para que se callara. Días después, estaba yo muy quitada de la pena enchinandome las pestañas cuando de repente, la bombilla de vidrio de mi recamara se desprende de su soporte y cae sobre mi cama, rebota dando un salto mortal digno de los hermanos Wallenda y se estrella estrepitosamente en el suelo, haciéndose añicos. Me quedé helada. Y me felicité por haberme levantado temprano ese día. A la media hora –sí señor, del mismo día- se va la luz mientras seguía con mi reconstrucción matutina, que he de aclarar no es mucha ni demasiada, sólo tengo que domar diariamente mi pelambre chino para obtener rizos naturales con un adminículo diseñado para tal efecto. Pues se va la luz y tarda bastante en volver. Me tengo que ir a trabajar. Dejo la secadora sobre el tocador que dicho sea de paso, tiene un vidrio para proteger la superficie de madera. Cuando llego del trabajo, 8 horas después, un ruido llama mi atención: la secadora se quedó prendida como cinco horas, emitiendo aire caliente sobre el vidrio que para ese entonces ya se había roto y enroscado, formando una bonita escultura de concepto. Estoy pensando en venderle los derechos a Tiffany ya que es un diseño único en su tipo. Se me encogió el estómago, imaginen que llego y encuentro mi casita hecha un montoncillo de carbón… porque lo que no les he dicho, es que desde hace diez días tengo una fuga de gas de flujo constante y como no tengo tiempo de esperar al técnico, le cierro la llave de paso, pero ese día se me olvidó, sin contar que fumo como chacuaco… Les doy permiso de vender los derechos de mis percances a “1000 maneras de morir”, por lo menos, alguien se verá beneficiado…

martes, 5 de julio de 2011

Cómo sobrevivir a la presentación de un libro

Hace poco fui a la presentación de un libro. La autora es una escritora reconocida a nivel mundial, por lo que el evento resultó un éxito. Pero no puedo evitar platicar sobre los sucedidos en tan magno evento. Después de las palabras cargadas de florituras, epígrafes de autores de la región y relevancia de la reunión por parte de las autoridades gubernamentales; después de la presentación del libro por parte de una adorable señora amiga de la autora; después de las palabras de la autora, que es de una sencillez y personalidad encantadora, después de todo esto, a la señorita conductora se le ocurrió decir que si alguien deseaba hacer una pregunta. Éramos quinientas almas atormentadas por la canícula solar, así que no faltó el sádico apuntado que se lanzó al presidium: un señor que a todas luces se le veía cara de bardo y que, sin asomo de pudor, soltó su comentario: -“Señora”- le dijo –“me permito leerle unas líneas de una poesía compuesta con los títulos de los libros de su autoría. Con todo respeto, dedicada a usted”- . Y que se arranca el hombre a declamar su “poesía”, efectivamente, utilizando los nombres de todos los libros escritos por la autora, que no son número despreciable. Hasta eso que los acomodó muy bien, porque tenían hilatura y congruencia. La mujer lo veía con una mirada de entre ternura y benevolencia. Aquí debo aclarar que el público se dividió en dos bandos: el integrado por los que sentían pena ajena de ver al hombre y soportaban estoicos el embate literario del bardo y los que de verdad creían que “¡qué bien escribe este señor, se ve que tiene oficio!”. Así que si alguna vez asisten a una presentación de libro, les pongo estos sencillos consejos para salir bien librados de la eventualidad:

1. Procure sentarse hasta atrás, así puede correr en caso de aburrimiento crónico;

2. En la parte de atrás es más fácil disimular un ataque de risa en caso de que a algún bardo lugareño le dé por declamar su última producción;

3. Si le toca sentarse adelante, procure llevar bufanda, pañuelo o fichú, sirven para lo mismo que lo indicado en el punto 2;

4. Siempre mantenga la vista fija en un punto, eso dará la sensación de que está sumamente interesado. También funciona una libreta de apuntes;

5. Lleve por lo menos 200 pesos consigo, si no compra el libro, por lo menos traerá dinero para diluir el trago amargo con unas chelas;

6. Si compró el libro, esté dispuesto a picar ojos, tumbar dientes y dar codazos para obtener el autógrafo del autor;

7. No se lance a la charola de canapés y copas de tinto como gato a bofe, siempre debe dar la impresión de que asiste para ver las novedades literarias y no para cenar gratis;

8. Aprenda palabras como: “articulación”, “congruencia”, “metonimia”, “lexia”, “constructo” y “concretizar” e intégrelas en su vocabulario al momento de que le pidan su opinión sobre la obra a homenajear;

9. No ande pregonando por ahí que usted fue compañero de 3º de kinder del escritor y que gracias a usted, él encontró su veta literaria: es de muy mal gusto;

10. Si no conoce a nadie de la concurrencia, intégrese a corrillos de dos o tres personas y ponga cara de interesante. El atuendo es básico, puede consultarlo en: http://medusaenapuros.blogspot.com/2009/04/como-sobrevivir-un-espectaculo.html o si lo prefiere en: http://medusaenapuros.blogspot.com/2009/04/instrucciones-para-ver-peliculas-de.html

sábado, 21 de mayo de 2011

Las proporciones bíblicas

Desde que tengo uso de razón, el mundo se está acabando. Las amenazas de tal cataclismo, todas de proporciones bíblicas por supuesto, fluctúan entre varias teorías y los científicos no se ponen de acuerdo. A saber:

Nos caerá un meteorito: La NASA por supuesto, ya tiene un plan ranchero para que si una masa interestelar ose siquiera pasar de ladito por nuestro planeta, éste sea liquidado en un santiamén. Me enteré de que muchas personas están sumamente preocupadas por el impacto, ya que se teme que las cartas astrales de los hijos por nacer cambien y acaben siendo psicópatas…

Los robots toman el mando: Un científico vaticina que para el año 2050 las máquinas tomarán el mando, tal y como lo vemos en cualquier película de ficción. Yo opino que ya lo hicieron, ahora todo mundo es “maquinodependiente” y hay quienes han tenido ataques de pánico de sólo pensar en perder su celular… incluida yo.

Fin del mundo en 2012: los mayas, personas harto sapientes en eso de los cálculos matemáticos predicen que el año que viene se acabará el mundo. Ya hasta les hicieron película para calmar el hambre de morbo de los espectadores deseosos de contemplar cómo acabarán sus días. Ya la vi, y realmente es terrible…

El juicio final: De casi todos conocida, esta teoría predice que el señor bajará en un trono y nos pasará a formar a todos. Los buenos al cielo irán y los malos se perderán…

Hoy 21 de mayo se acaba el mundo: según Harold Camping, lider de una especie de secta-iglesia, el mundo se acabará hoy por medio de un terremoto que sacudirá la tierra por lo menos hasta el 21 de octubre. Según anuncia el mencionado Camping, las tumbas se abrirán y los restos de las personas creyentes se irán al cielo con todo y chanclas. El resto de nosotros, pobres ilusos, seremos revolcados en el estiércol y el lodo y comidos por gusanos y animales, a los cuales no les afectará en nada esta hecatombe… Sigo esperando… no sucede nada… espero… nada… Me pregunto qué dirán los seguidores de este hombre. Me los imagino con cara de interrogación y pensando que han perdido su precioso tiempo cantando alabados, todos muertos de miedo… Los veo en el próximo de la serie…

sábado, 30 de abril de 2011

Las Mary Pepas y otros apodos

Tengo un amigo que un día, narrándome un evento social me dijo: “…total, que fueron puras “Mary Pepas”, estuvo aburridísimo”. Quedé absolutamente intrigada sobre eso de las “Mary Pepas”, así que ahí les va la definición que me soltó: “Dícese de las señoras de alta alcurnia y más rancio abolengo que van cargando por la vida un apodo o sobrenombre cursi y ridículo”. Me quedé pensando y caí en cuenta de que, efectivamente, tenemos en nuestro haber varias “Marijos”, “Picos”, “Bebas”, “Chinas”, “Lupis” y “Danis”. Indagando entre mis selectas amistades, caí en cuenta que los apodos cursis para nombrar a la pareja son los más divertidos. Las mujeres, por supuesto, somos muy dadas a poner sobrenombres al objeto de nuestro amor, cosa que los hombres toleran durante el noviazgo y soportan en el matrimonio. Aquí les dejo una escogida pero no por ello menos interesante selección de apodos: Tenemos a escoger los clásicos: “flaquito”, “guerito”, “corazón”, “cariño”, “vida”, “bebé”, “mi rey”, “amor” y “gordo”. Los culinarios: “pastelito”, “algodón de azúcar”, “bizcocho”, “bombón”, “caramelo” y “kisses of strawberry”. Los zoomorfos: “conejito”, “gatito”, “pollito”, “burrito” (no pregunté por qué), “tigre” y “osito (si se le agrega ‘de peluche’, mejor)”; los compuestos: “pedacito de mi vida”, “amor de mi vida”, “mi niño hermoso o precioso”, “mi corazón”, “mi vida” y “cosita bella”; las palabras femeninas convertidas a masculino: “bellezo”, “princeso”, “mi vido” o “cosito”; los que quieren decir todo lo contrario: “feito”, “horrible” o “tontín”; los que modifican palabras, entre más ñoño se escuche, mejor: “pechocho”, “amorchito”, “bombonshito”, “cochi” y “papirruchin”; los astronómicos: “mi sol”, “mi cielo”, “pedacito de nube” y “mi ángel”. Para mi gusto, los mejores: palabras inventadas: “cuchurrumin”,cuchiflitín”, chirriscuiscuis”, “chiquistriquis”, “cañangas ñangas”, “puchito” y “cuchito”. Tengo un amigo al que le gusta que le digan “papito” o “mi amo”. Cuestión de gustos.

lunes, 25 de abril de 2011

Máxima velocidad

Así como en una pistola lo que mata es la velocidad y no la bala, en cuanto a viajes se refiere, lo que aburre y destroza los nervios no es el destino sino el transporte. Y me refiero al sistema de transporte terrestre con el que contamos en este bello y extenso país. Y eso que ha mejorado. Ahora podemos disfrutar de una “buena” película, aposentados en “cómodos asientos reclinables” sin molestar al de al lado porque cada asiento cuenta con una unidad de sonido que nos ofrece 8 canales de audio, los cuales podemos disfrutar a través de un par de audífonos. Además, antes de ingresar a la unidad, la firma de autobuses de primera nos regala un lonche para que no pasemos hambre y sed durante el trayecto. Todo esto suena paradisíaco, pero la realidad es otra…

Del lonche: Te dan una bolsita con un sándwich empacado en la madrugada del día anterior que contiene una rebanada de jamón de dudosa procedencia y otra de queso amarillo; el sándwich se encuentra remojado, lo que ocasiona una textura pegajosa, es entonces cuando la servilleta aprovecha y se adhiere a la superficie del bocadillo de manera que tenemos que pellizcar el pan hasta eliminar todos los vestigios del papel. Además, incrustado en él, encontramos una bolsa de mermelada de chile jalapeño y una bolsita de maíz inflado como postre… a los suertudos, les toca manzana.

De la película: si logras que los audífonos se ajusten a tu cabeza y que el contacto logre unirse al enchufe de los mismos, primero te chutas un video promocional de la transportadora terrestre en donde ves a un simpático autobús que asiste al servicio regularmente para que verifiquen su estado. Poco después, una película que ya viste cinco veces y que normalmente trata de un secuestro de autobús a velocidad inaudita, con varios niños a bordo, una señora embarazada de gemelos y un hombre con un portafolio misterioso atado a la muñeca… el malo baja de la unidad a varios hombres, los cuales son eliminados con un certero balazo en la nuca sin que al secuestrador le tiemble una ceja. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Si la combinación de estos dos factores de riesgo no ocasionan problemas intestinales en su persona, ya la hizo. En caso contrario, tendrá que recurrir a los baños de la unidad, lo cual requiere de una habilidad digna de un funambulista. Y de atinarle al retrete, ni hablemos.

De los asientos: los que poseemos una estatura más bien baja, jamás podremos ver la película si el vecino de enfrente no se reclina lo suficiente. Pueden sacar del compartimento de almohadillas unas 20 de éstas para elevarse ligeramente u optar por escuchar música a escoger: “instrumentales de ayer y hoy”, “corridos norteños”, “éxitos de Barney” o “La hora de José José”. Quiero un Ipod. ¡Ah, qué bonito es viajar!

sábado, 26 de marzo de 2011

Canciones de terror

Siempre me había preguntado por qué en las películas de terror cuando sale una pequeña niña peinada con coquetas trencitas y mirada asesina se oye de fondo una ronda infantil que por supuesto, le da un toque de horror a toda la escena. Al recordar las canciones de mi niñez, lo comprendí todo.

Desde los arrullos de la temprana edad hasta el conocido juego de “Acitrón”, toda la niñez de su servidora fue cantar canciones surrealistas, que a la fecha me provocan sueños recurrentes. Como siempre, quiero imaginar a los bardos de antaño pensando: “¿Qué podrá rimar con ‘toronjil’? “. Consciente estoy de que todas esas cancioncillas se escribieron en siglos muy pasados, pero los que las escribieron, segura estoy, eran psicópatas frustrados. ¿Quién le canta a su niño para dormir “duérmase mi niño que ahí viene el viejo y le come el pellejo”? ¿Quiénes son los “maderos de San Juan que pien pan y no les dan”? Y que además piden queso y les dan un hueso… De las canciones infantiles que todavía a la fecha rondan mi cabeza y que no alcanzo a comprender son: “A tapar las calles, que no pase nadie, que pasen mis abuelos, comiendo buñuelos”… Y aquí viene la frase surrealista: “tortillas amarillas que se hinquen de rodillas”… yo que soy literal para casi todo, imaginaba unas tortillas gigantes dobladas como quesadillas tapando la calle de mi cuadra. Para pesadilla infantil digo yo. ¿Quién es es famoso “jicotillo” que anda en pos de Doña Blanca? ¿Quién era esa pobre niña perseguida por tan infame monstruo? Para su conocimiento, el jicotillo es una abejita que anda buscando aparearse, por lo que literalmente lo que haciamos sin darnos cuenta era jugar con un rito a la fertilidad. La rueda de San Miguel que nos obligaba a cargar un jarro de miel y además voltearnos al estilo “burro” que según parece era colocarse de espaldas a la ronda. ¿Y qué me dicen de la canción “El patio de mi casa como es particular, se lava y se plancha como los demás”? A la fecha sigo pensando cómo un patio se puede lavar y planchar y además, como todos los demás patios. Con razón a los productores les causa un placer morboso poner este tipo de canciones en sus películas.

PD. La niña de la foto es de la película "La mala semilla" no se la pierdan.

domingo, 13 de marzo de 2011

La felicidad

He decidido que para ser feliz necesito el “Instyler” que dará forma y brillo a mi cabello olvidándome de los innecesarios rulos y la secadora de pelo; necesito el “Lipodress” vestido soñado por mujeres de curvas voluptuosas que transforma el cuerpo y le otorga a la mujer cuerpo de diosa y tres tallas menos sin necesidad de hacer enfadosas dietas; esto pienso complementarlo con la “Sedicina” fórmula única la cual le dará a mi piel la apariencia de la seda además de robarle al tiempo diez años con la “Colageína” que me dará apariencia de una mujer de 16 pero con la experiencia de una de 40… Me olvidaré de que mi bolsa de mano es el agujero negro de mi vida porque tendré en mi poder el “Easy Keeper” artilugio mágico en donde podré guardar hasta noventa productos de varios tamaños; incluso guardaré cosas que ni soñaba cargar en mi bolsa, pero que de seguro necesito. Tengo espacio debajo de mi cama, así que no tendré problemas al adquirir el “AB Flyer” con el que obtendré un abdomen de roca y lo complementaré con el “Mini AB Nes Cicle” que ofrece un estómago plano; o mejor me pongo el “Diet ring” en el dedo correcto –espero atinarle- y bajaré de peso; por si fuera poco, con los nuevos “New Shape” que vienen en lindos colores y modelos tonificaré mi cuerpo y se me pararán las pompas… ¿Y si uso el “New Shape” combinado con el pantalón modelador levanta pompis? Mejor no, tal vez corra el riesgo de que me queden las nalgas a la altura de la cintura… No más lágrimas y pies chuecos después de usar tacón alto, porque tendré en mi poder el dispositivo de gel flexible “Pampered toes sensation” que incluye una unidad motorizada para que el artefacto masajee mis doloridos pies… Y para dormir con buena postura nos han bendecido con el “Side Sleeper pro” que alineará mi cuello y espero que las chakras también… Para la cocina, nada como preparar ricas comidas al instante usando el “One touch” que abre latas en segundos, para posteriormente utilizar el “Sartén Latino” en donde puedo cocinar dos platillos a la vez. Después limpiaré todo con el prodigioso “Easy Life Mop” trapeador ultraresistente que tiene un sistema de secado centrífugo con sólo pisar un pedal… el “Trapito milagroso” se encargará del resto de la cocina ya que levanta líquidos 21 veces más que un trapo común sin que se derrame ni una gota… A mis amigos los conmoveré con las hermosas tarjetas que vienen en el kit “Magic moments”: ya no tendré que pensar en engorrosos mensajitos conmovedores ni en imágenes de cachorros desvalidos… Veré pasar toda mi vida frente a mis ojos sin necesidad de morir, con el innovador portaretratos digital con capacidad para miles de fotos y lo bueno es que lo venden en versión llavero ¿qué más puedo pedir? No cabe duda que la felicidad actual está al alcance de un “clik”…

sábado, 12 de febrero de 2011

La heredera

Una de las situaciones que siempre he querido vivir es la de ser heredera de una tía lejana a la que nunca conocí, pero que me tenía en sus pensamientos como única posibilidad de ser su heredera. No he perdido la esperanza, aunque debo decir que el único temor que me embargaría al ser heredera es que me pasara lo que a Olivia de Havilland en la película del mismo nombre, aunque fea, no soy. Pero hete aquí que, como dicen en los cuentos infantiles cuando los protagonistas se ven con las esperanzas perdidas en el bosque de la desolación y el abandono: “… vieron una lucecita brillando alláaaa a lo lejos…” Resulta que con la maravillosa comunicación que se deriva de la internet, ahora soy candidata a no una, no señor, sino a varias herencias. Me explico. Últimamente han llegado a mi bandeja de entrada correos que vienen de remotas tierras, muchas de éstas, ni siquiera imaginadas. Casi todos los correos se manejan con el mismo argumento y con una redacción que los hace más creíbles. “Querida amada en Cristo” comienzan casi todos, lo que francamente le da a una la tranquilidad de estar leyendo correos de gente decente y seguidora de los preceptos que demanda la religión: “no tengo otra manera de comunicarme con usted más que por correo electrónico. Estoy desesperada y mi corazón sangra cuando escribo este mensaje para llamar su atención”. Aquí ya me andan conmoviendo, imaginar a un ser humano en esas condiciones siempre me desgarra el alma. “Soy una ciudadana de Costa de Marfil, mi esposo murió hace dos años e hijos no tengo. Tengo una enfermedad terminal y he agotado todos mis ahorros en atención médica. La razón que me impulsa a escribirle es que tengo un fondo para un proyecto de caridad pero se encuentra bloqueado en Costa de Marfil”. La amable señora prosigue su relato diciéndome que le mande todos mis datos, que con la gracia de Dios, me heredará dos millones de euros para hacer una fundación en su memoria. A estas alturas, ya tengo la garganta hecha nudo y el alma, pedazos. Me sobrepongo y pienso: “ni loca, capaz que me pasa lo que a Olivia”, pero, si alguna de mis tías lejanas me quiere heredar, no hay fijón.

sábado, 29 de enero de 2011

Dinámicas de integración

Desde que tengo uso de razón he estado asistiendo a retiros espirituales, encuentros juveniles, pláticas de superación, seminarios de relaciones humanas y cursos cuyos títulos van desde “Sea usted dueña de su vida” hasta “Cómo descubrir a su diosa interior”. He de aclarar que mi asistencia a este tipo de eventos no ha sido por voluntad propia. Confieso sin pudor que he sido obligada por las circunstancias. A saber: preparación para hacer la primera comunión o cómo caer en estado de gracia ante Dios –por iniciativa de las monjas del colegio donde estudié mis primeras letras-. O bien, por instancia de los altos mandos de mi trabajo, que ven con benevolencia a todos aquellos que quieran llevarse relativamente bien con los colegas de cubículo aunque estos sean tan sociables como una araña rinconera.

Pero invariablemente, en todos estos cursos y seminarios y como primer numerito, me topo con las malditas dinámicas de integración. Resulta que para que todos nos conozcamos y nos tengamos confianza, algún ser engendrado en el lado oscuro y con intenciones por demás aviesas, se ha dedicado a diseñar estas dinámicas “rompe hielo” que provocan evidenciar la falta de habilidades psicomotrices y de pensamiento lógico de los asistentes. A continuación pongo a su consideración algunas de estas temibles dinámicas que me han provocado pesadillas y traumas inenarrables:

EL BUM: Todos los asistentes se sientan en círculo; se le indica al participante que se enumere en voz alta y que a todos los que les toque un múltiplo de tres (3- 6- 9- 12, etc.) o un número que termina en tres (13- 23- 33, etc.) debe decir ¡BUM! en lugar del número. El que sigue debe continuar la numeración. Ejemplo: se empieza, UNO, el siguiente DOS, al que le corresponde decir TRES dice BUM, el siguiente dice CUATRO, etc. Pierde el que no dice BUM o el que se equivoca con el número siguiente. El “facilitador” que puso la dinámica discurrió combinar múltiplos de 3 con múltiplos de 5. Es fecha que todavía tengo insomnio.

CUERPOS EXPRESIVOS: Se escriben en los papelitos nombres de animales (machos y hembras). Ejemplo: león en un papelito, en otro leona (tantos papeles como participantes).Se distribuye los papelitos y se dice que, durante 5 minutos, sin hacer sonidos, deben actuar como el animal que les toco y buscar a su pareja. Cuando creen que la han encontrado, se toman del brazo y se quedan en silencio alrededor del grupo; no se puede decir a su pareja qué animal es.Una vez que todos tienen su pareja, se dice qué animal estaba representado cada uno, para ver si acertaron. Yo le pregunto al “facilitador” cómo demonios quería que actuáramos nombres de animales como zarigüeya, babuino, urraca y grillo.

Eso sí, no puedo negar que las dinámicas tienen un efecto positivo. Acabo de formar un grupo de terapia de apoyo para aquellos que fueron víctimas de semejantes atrocidades. Eso sí, todos estamos muy integrados.

sábado, 8 de enero de 2011

“Yo soy rielera…”

A mi los trenes me parecen románticos. Esas escenas de película en dónde uno de los dos se trepa en el tren, mientras el otro se queda en el andén transido de dolor, me hacen llorar a lágrima viva. Las luchas de buenos contra malos sobre el techo de un tren que entra en un túnel mientras un helocóptero los sigue de cerca, son excitantes… la clásica escena de cine mudo en donde la rubia de bucles es atada a la vía por el malvado villano de bigote barroco, mientras se acerca una máquina de vapor a todo mecate, me hace sudar las manos a pesar de que ya sé que el muchacho la salvará en el último minuto. Los que no se salvaron, fueron los trenes. A mí no me tocó el auge de los trenes de pasajeros en mi país, pero según decires de mis mayores eran todo un espectáculo. Lo que sí tuve la dicha de conocer, fue a una familia que viajaba en tren. Con ellos tuve oportunidad de experimentar las delicias de viajar en tren. A la huasteca potosina, a Cárdenas (de mis recuerdos más hermosos), a la capital, a San Miguel de Allende, a Real de Catorce. Era toda una experiencia viajar en tren. Salíamos tempranito a la estación y ya nos estaba esperando trenes que salían para Tampico o Monterrey, o la capital. Me acuerdo de sus asientos de madera y de los lugareños que entraban vendiendo gorditas de cuajada, o gelatinas o tacos. O los grupos musicales que amenizaban el viaje cantando corridos acompañados de un acordeón o un violín. Del sonido profundo del silbato. Me acuerdo de las estaciones de piedra, construídas en medio de la nada, con nombres como “Maroma”; “Borregos”, "Wadley" o “Las Ánimas”. Construcciones macizas, todavía algunas en pie y amuebladas con bancas de madera, algunas hechas de durmientes. Viajar en tren era transportarte a otras épocas, conocer otros paisajes a los que no se tiene acceso por medio de carretera, arrullarte con el sonido de las ruedas sobre la vía, a asombrarte con los uniformes, con la religiosa puntualidad, con los rostros de los viajantes… “Es increíble como un país como México no tenga tren de pasajeros” me dijo una amiga. Ella y su familia me enseñaron a viajar en tren y las dos estuvimos de acuerdo en que sólo por esto, deberíamos tener otro Don Porfirio como gobernante… Esta nota se la dedico a Don Paco… por todos los trenes que mantuvo con vida.