domingo, 20 de noviembre de 2011

El amor cortés… de cajón

Si están pensando que me voy a arrancar escribiendo sobre juglares, damas abandonadas con cinturones de castidad atados a sus partes pudendas y trovadores sedentarios, autores de gestas de caballeros inexistentes que luchan contra fieros dragones… están muy equivocados. En esta ocasión y para no variar, me he visto en la necesidad de recurrir a la inspiradora compañía de mis amigas comunales para tratar un tema harto delicado al que denominamos el “amor cortés” y su variante, el “de cajón”. Se le llama “amor cortés” en esta época posmoderna, al acto de ser comedida, consecuente, amable, fiel, y devota amante con tu pareja por convicción, sin que exista cohesión ni amenaza alguna por parte de la otra mitad del equipo. O sea, una variante de la epístola de Melchor Ocampo, pero por propia voluntad, sin ley de por medio –eso ya ni se usa–. Y nótese que lo puse en femenino. Porque el amor cortés de ninguna manera aplica a la parte masculina, eso es impensable, ellos son la parte fuerte, viril, proveedores oficiales del hogar, sostén indiscutible de la damisela encantadora y sus débiles vástagos producto de su amor inquebrantable. Las acciones definidas como “De cajón” en el amor, son las que la mujer, dada su innata intuición femenina debe saber y conocer al dedillo con todas las variantes posibles que pasen por la cabeza del proveedor oficial para que éste –en la medida de lo posible- no se vea incomodado, se sienta resentido, rechazado o fuera de lugar en ese santo lugar denominado hogar. Así que haciendo acopio de toda la experiencia propia y extraña, comparto con todas las féminas conocidas y desconocidas de este blog a más de alguno que otro caballero, algunas de las acciones a llevar a cabo para que se sepa cuáles son las correspondientes al amor cortés y cuáles a las de cajón y así poder llevar la fiesta en paz y armonía. A saber:

Amor Cortés: darle masaje en los pies cuando llega cansado del trabajo; tener la cena lista, el baño calientito, la TV sintonizada en el canal de deportes preferido o en el E! en donde encontrarán a las mejores chicas de pasarela del mundo; refrigerador con el 70% lleno de cerveza fría y botanita fina; por ningún motivo llevarlo a comprar el mandado de la semana, eso te toca a ti. A él invítalo a tiendas de tecnología, ropa de marca o deportiva o juguetes como X-box o de música y videos; mándale un memo informándole sobre la siguiente junta de padres de familia, no le avises media hora antes, eso necesita tiempo de asimilación al igual que ir a visitar a un familiar enfermo o ir a dar un pésame. Mientras no se quede sin calcetines ni calzones, no hay problema, las camisas como quiera las puedes planchar en el momento…

De cajón: recoger chones y ropa sucia, toalla húmeda sobre el piso o en la cama recién tendida; cambiar el rollo de papel de baño con regularidad y tener un artefacto almacenador de tales artículos para que no se quede sin ellos “a medio camino”; mantener su celular siempre con crédito, tú deposítale, él no está para pensar en “esas cosas”, lo mismo con el pago de luz, teléfono, cable, Internet, renta y comida para la mascota. Si lo cachas tomando jugo directamente de la botella o pellizcando el jamón o queso, sé comprensiva, tiene hambre y además, como dice una amiga “ya le perdiste el asco, ya que…”.

¿Ya captaron la idea? Cualquier comportamiento contrario al indicado líneas arriba puede ser considerado como “inhumano”, así que ya se lo haigan…

No hay comentarios: