domingo, 21 de octubre de 2012

Las Amenidades

Ahora que he andado de viajera sin límite de puntos, he tenido la oportunidad de observar con qué delicadeza y preciosismo nos halagan los sentidos todas esas cadenas hoteleras gringas por las que he estado de paso. Bueno algunas, que conozco otras que son de esas de "venga, pague, báñese, duerma, desayuneendesechables y váyase". Resulta que yo no sabía cómo se llamaban todos esos diminutos adminículos para hacernos la vida agradable, hasta que una señora de esas muy viajadas y mundeadas, me dijo que se llamaban "amenidades". Pensando en el nombrecito, pues sí queda, ya que nos hacen la vida más amena, así que con esta nota hago un homenaje muy merecido a todas aquellas personas detrás de la maquinaria turística que unen esfuerzos en aras de hacernos sentir bien a todos los huéspedes del mundo. A continuación, algunas amenidades que me han tocado: Formas caprichosas: es impresionante cómo en una habitación podemos encontrar los dobleces de superficies lisas o esponjosas como sábanas, toallas, servilletas, pañuelos desechables, inicios del papel de baño y almohadas en formas que retarían al más experto origamista japonés. Abanicos, flores que imitan rosas o tulipanes, animales inexistentes (o que tal vez lo son, con un poco de imaginación) y mandalas hechas de una sola pieza doblada magistralmente por amas de llaves de piso. Me las imagino a todas en el curso de capacitación llevando materias como dobleces I y II. Confieso que al ver esto, he tratado de sacar los patrones, fijándome en cómo están dobladas estas amenidades, por supuesto, sin éxito. Bueno, el cisne ya me sale. Microdetalles: les puse así porque no sé cómo nombrarlos. Son esas pequeñas etiquetas con el logo del hotel que se encuentran pegadas en el inicio del rollo de papel desechable, o para cerrar la envoltura de los pequeños jabones con olores tan exóticos como extracto de magnolia y lima o frutos del bosque y lavanda francesa. En esta categoría entran esos pequeños pedazos de gloria que son los chocolates belgas, suizos o italianos envueltos en papel orito (así dice mi padre) luego colocados dentro de una bolsa de celofán y amarrados con un cordel en plata en forma de moñito. ¡Quiero guardar la etiqueta, el orito, la bolsita y el moñito! ¿Para qué? Quién sabe, supongo que es un modo de trasladar el "luxury" a mi depa. Detalles de "canasta": los bauticé así porque casi siempre se encuentran colocados en el cuarto de baño, dentro de una canastilla de fino carrizo, color natural y elaborada por exóticos artesanos filipinos. Dentro de la mencionada canasta, encontramos una gran variedad de amenidades: el jabón y crema para el cuerpo, gel y espuma para el baño, esponjas de mar y guantes exfoliantes, costureritos que llevan dentro aguja, hilos de colores básicos, enhebrador y dos botoncitos: uno negro y otro blanco, además de un segurito, dos broches de presión y un ganchito. Todo esto en un espacio de 3 x 3 cm. También podemos encontrar la humilde pero no menos imprescindible esponja o pañito para limpiar los zapatos, y para las señoras o señores que usen peluquín, una dotación completa de gorros para baño, de esos en los que una parece despachadora del departamento de salchichonería. Cepillos de dientes que caben en una cápsula de plástico plateado, pasta de dientes e hilo dental, y un costalito muy mono relleno con pequeñas perlitas desodorantes. La lista es larga: sobrecitos de azúcar, leche en polvo y café, palitos para revolver, café encapsulado en papel absorbente, tapas para los vasos y tazas... Sí, lo confieso... ¡¡¡Me lo traje todo!!!

miércoles, 10 de octubre de 2012

De piso en piso

Eso de vivir en un edificio de departamentos, siempre me pareció de lo más mundano y “avant garde”. Después de pasar por la época hippie en donde me imaginaba siendo una artista plástica, vestida con faldas voladas, huarache de llanta, morral de lana virgen y el consabido tatuaje de algún glifo maya o árabe, pasé a imaginar cómo sería vivir en el último piso de un maravilloso penthouse al más puro estilo neoyorquino, donde dominara una increíble vista de la ciudad mientras bebía a pequeños sorbos un Martini seco con dos aceitunas. Pero hete aquí, como decía mi abuela cuando contaba cuentos, que la vida da muchas vueltas y la rueda de la fortuna hizo efecto nuevamente. Acabé viviendo en un edificio de departamentos, muy bien ubicado, eso sí, apenas para mis necesidades, buen precio… pero en un segundo piso. La vista que tengo desde mi ventana se limita a una avenida siempre con tráfico, ruta accesible de escapatoria de delincuentes, por lo que seguido me chuto escenas que Chuck Norris envidiaría, de estar en mi lugar; un OXXO, una tintorería, y dos mil mentadas del madre al día. Hasta ahora he presenciado para horror de algunos de mis invitados: un neurótico que le gritaba a su mujer palabras altisonantes desde un teléfono público, dos atropellados en moto (uno falleció, espectáculo por el que pensé en cobrar a mis vecinos, que se apeñuscaba para ver mejor), cinco choques en crucero peligroso, dos ciclistas hechos pomada por camiones que hacer competencia por ganar la parada nomás por que sí y varios peatones que ya han pensado en tomar clases de funambulismo para cruzar la calle al estilo NY. He dejado en último término a lo que da vida a un edificio de departamentos: sus vecinos. ¡Ah! ¡Los vecinos! Sin ellos la vida no sería igual, a continuación describo algunas personalidades sin que por ello me niegue a aceptar que existen más, estos fueron los que me tocaron. LA ACOMEDIDA: Es la que te toca la puerta al segundo día de tu llegada, casi siempre para verificar qué clase de persona eres y cómo tienes arreglada tu casa. Llega con una charolita de galletitas “hechas por ella” como detallito de bienvenida. Te pone al tanto de cómo funciona el edificio: pago de luz y agua general, mantenimiento, estacionamientos y otras minucias. Es tan acomedida que se ofrece a guardarte una copia de tus llaves por si algún día pierdes las tuyas. Yo pienso que es para meterse a fisgonear. LA CHISMOSA: Este modelo es un clásico: te taclea en el pasillo, cuando vuelves del trabajo cansada y con hambre. Te detiene y te dice: -“¡Hola! ¿Tú eres la del dos, verdad? Me llamo Casilda, mucho gusto, yo vivo en el “B” en el número 7 para lo que se te ofrezca”-. Tú por amable, le sonríes y le das las gracias, ofreces lo mismo. Cuando piensas que te libraste de ella y ya te estás saboreando la siesta que piensas, te espera, ataca de nuevo: -“Oye, mira, no es que te quiere predisponer (¡No, para nada!) pero creo mi deber advertirte que en el edificio donde vives hay una chava que es medio neurótica, ni saluda la muy pelada, y si te estacionas en su lugar ¡Uyyy! Arde Troya. Es la del 12, nomás te digo para que sepas… también hay un tipo… bla, bla, bla…” Cuando acuerdas, ya pasaron dos horas, no sabes como cortar a la bocona y piensas que bueno, que ya sacaste un ánima del purgatorio. LA NEURÓTICA: La chismosa tenía razón. No falta la que siempre trae el moño virado, está enojada con la vida, con su depa, con sus hijos, con el ca…ón que la dejó, con los que la han explotado, con su coche y con toda la humanidad en general. Si acaso osas saludarla, te responde con un gruñido al estilo Pit Bull; si abre la puerta del edificio y ve que vienes detrás de ella, te cierra la puerta en las narices; nada la conmueve y la perturba, goza haciendo sentir mal a los demás, pero muere si la ves con lástima. Con eso neutralizas todos sus poderes. EL ESPÍA QUE ME AMO: este es el clásico ejemplar que suele ser divorciado o soltero, no tiene suerte con las damas y anda a la caza de lo que se mueva. Comienza muy amable a saludarte de lejitos mientras una contesta un “buenos días” cortante. Le sigue el clásico “¿te ayudo con tus bolsas del mercado?” Rezongas, pero aceptas mientras piensas que “esto pesa con madres”. ¿Te subo el garrafón? ¿Te bajo el mueble? Y en puro subir y bajar cosas se le va la vida al hombre mientras piensa que quisiera bajarte otra cosa… “¿Oye, cuándo me aceptas una invitación a tomar un café?”, “¿Me das tu teléfono?”. Por ningún motivo lo hagan, porque después comienza el mensajito de “te estoy viendo, qué bonita te ves hoy…etc.” Librarse de un espía requiere de técnicas complejas como salir de tu depa pecho a tierra y pues, ¿qué necesidad? LOS VENDEDORES: Estos vecinos también son un peligro para tu economía, venden de todo, en mi edificio tengo uno que vende chorizo y queso de la huasteca, cosméticos por catálogo, ropa en pagos, seguros de vida y tiempos compartidos. Una vez que les das entrada, estás muerto. Te endrogas por zafarte del penoso momento, sin saber que el destino te depara otros peores a la hora de la cobradera. Tip: compre un paquete de sobrecitos y eche por debajo de la puerta el pago quincenal. Mande un mensaje por celular para verificar de recibido el cobro. Y no le vuelva a comprar. LOS ESTUDIANTES: Estos son una raza aparte. Normalmente no alcanza uno a conocerlos porque son población flotante, como flotante es la música estridente con que amenizan la vida cotidiana del edificio, sobre todo viernes y sábado. Tenga a mano el teléfono de la policía urbana o en su defecto, investigue el número de departamento y desconecte el medidor correspondiente. LAS ABUELAS: Estas son señoras o señoritas (no se sabe a ciencia cierta) que viven solas, les gusta echarse su jerecito a cualquier hora del día, tejen como locas lo que se les ocurra y tienen tres gatos que se llaman “Nenúfar”, “Víctor Hugo” y “Chato”. A estas sí hay que darles sus vueltas porque donde vivo ya van dos que pasan a formar parte de las huestes del Señor (no sé si el de las tinieblas) y nadie nos dimos cuenta hasta como cinco días después del acontecimiento. ¡Nombre, si es rete divertido!

lunes, 17 de septiembre de 2012

La noche de los muertos vivientes

Siempre me han llamado la atención las películas de ficción. Lobos, vampiros, monstruos estelares de planetas lejanos. Pero mis favoritas son las películas de zombis. Investigando sobre sus características principales di con las siguientes: A un zombi sólo lo puedes matar de un disparo en la cabeza, decapitarlo o destrozarle el cráneo con lo que se tenga a mano. Los zombis no ven, sólo reaccionan al sonido; Su alto poder consiste en que no sienten nada, les puedes romper cualquier parte del cuerpo y ellos ni se inmutan, seguirán persiguiéndote; Su peligrosidad radica en que siempre andan en grupo, entre más zombis, más probabilidad de que te infectes: Si te muerden, al cabo de unos minutos comenzará tu transformación… Se desplazan de manera lenta y torpe, pero jamás se cansan, así que esto no impide que en algún momento lleguen hasta ti y se te lancen con todo… Y que me acuerdo con todas estas características de los zombis que pasan por nuestras vidas… purititos hombres que se daba por muertos y que de repente se aparecen para infectarnos con sus palabras. Así que queridos lectores, publico a manera de advertencia una clasificación sobre cómo sobrevivir a un zombie que entra en sus vidas sin avisar con manual de supervivencia incluido: El zombi “fuiste el amor de mi vida”: este es un espécimen peligroso, de los más letales que hay, ya que ataca directamente al ego de sus víctimas con esas sencillas palabras. A nadie le desagrada que le digan: “fuiste el amor de mi vida”. Para sobrevivir: no ha más que responderle: “¿Fui? ¡Ah! Pues que bueno que ya no soy, así ya no sufres y lo tienes superado.” El zombi “siempre te he amado”: este es una variante del anterior, pero aquí la peligrosidad del individuo radica en que te están afirmando sin empacho alguno, que te siguen amando, y que durante veinte años no han comido, ni dormido, ni tenido sosiego alguno porque son muertos en vida desde que los dejaste… Para sobrevivir: compadécete un poco de él y regálale un curso de cómo hacer poesía en cinco fáciles lecciones, así se desfogará un poco, serás su musa eterna y siempre te verá como la diva lejana que jamás será suya. El zombi “amigo”: este entra dentro de la clasificación de baja peligrosidad, porque fueron amigos, pero nunca cuajó nada. Se llevaban bien, compartían cosas y era tu mejor amigo hasta que él cayó en otras redes y tú te replegaste. El problema con estos, es que luego quieren retomar la amistad y ya no es lo mismo. Para sobrevivir: dile que todo tiempo pasado fue mejor y que quieres mantener esos bellos recuerdos en tu mente. Que no es él, eres tú. El zombi “come carne”: este es el más peligroso de todos. Regresan después de veinte años a querer reanudar una relación que en su tiempo fue “free” y te ven como su “por mientras encuentro…” Para sobrevivir: ¡Aléjate! No permitas que entre de nuevo en tu vida, te traerá dándole vueltas al asunto, nunca se comprometerá contigo porque ya tiene una vida hecha y viene arrastrando un pasado tormentoso. Lo más seguro es que acabes cargando el muerto por años y no veas resultados. Definitivo, las películas de zombis son mis favoritas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Instructivo que trata del fino arte de dar fin

Estoy impresionada por la proliferación de programas televisivos cuyo tema principal es el asesinato en serie, o por el interés de cobrar un seguro de vida, o simplemente porque ya no aguantamos al energúmeno (a) que vive a nuestro lado. Venenos, sierras eléctricas, cal viva para desaparecer el cuerpo y anticongelante en dosis sistemáticas son lugares comunes en estas series de televisión. Se dice que estamos en la rayita para convertirnos en asesinos, nomás es cosa de que nos echen a andar y ¡zas! comienza a rodar la maquinaria para elucubrar el plan más macabro que se pueda imaginar. Para llegar a tales extremos es porque ya nos colmaron el plato, la persona causante de nuestras desgracias ha logrado a fuerza de tenacidad y empeño sacar la peor parte de nosotros. La desesperación e impotencia hacen presa de nuestros pensamientos en cualquier momento o lugar. Analizando estos programas, he decidido por el bien común, hacer un listado para evitar en la medida de lo posible, ejecutar dicho plan macabro a menos, claro, que sean psicópatas declarados. En primer lugar, realice una valoración exhaustiva respecto si la persona ha hecho lo suficiente como para que lo mandemos con boleto de no retorno al Valle del Josafat; muchas veces serán tercos, manipuladores, chantajistas, abusadores o explotadores pero como nos aman mucho y siempre corren arrepentidos a nuestros pies, jurando que ahora sí “voy a cambiar” podemos dar una chance más, a pesar de que llevamos veinte años soportando tal comportamiento. Créale señor, señora, cuando nos dicen que van a cambiar, lo más seguro es que lo hagan. Si el sujeto de nuestra desgracia decide no trabajar porque está al lado de una señora superada, exitosa, que gana lo suficiente para mantener a una familia de cinco; sabe que lo tiene inscrito en el seguro médico familiar; le compra su ropa y se la lava, le da dinero para irse con sus amigotes de parranda, jamás ayuda en las labores domésticas y además reclama que “otra vez papas al horno”, no se apure, las mujeres estamos hechas para aguantar un piano, el chiste es tener al viejo al lado, para que nos acompañe a la boda de la hija de la comadre. No se preocupe si el señor llega diciéndole que “ahora sí vieja, ya me llegó mi oportunidad, invertiré en el negocio de mi vida”. Lo que usted tiene que hacer es sacar una extensión de su tarjeta de crédito, por si se requiere dinero para la inversión, no se enoje ni se exalte. En caso de que se sobregire el crédito, lo más seguro es que él señor tendrá el suficiente poder adquisitivo para solventar la deuda, usted nomás apóyelo y escúchelo, para eso estamos las mujeres, para apoyar los sueños guajiros de nuestra pareja. Si el señor comienza a suspirar, tiene la mirada perdida y no tiene ánimos para nada, lo más seguro es que necesite lana. Pregúntele de forma delicada qué es lo que le acontece, muéstrese comprensiva y corra al cajero más cercano para sacar esos veinte mil pesos que el señor necesita para pagar la renta del departamento de su querida. Se trata de tenerlo contento para que nos dedique unas tres horas de su ocupado tiempo los domingos en casa, viendo el partido de futbol, mientras nosotros preparamos deliciosos bocadillos y tenemos cerveza fría para cuando el señor nos solicite una bebida refrescante. Y evite en la medida de lo posible ver “Las verdaderas mujeres asesinas”, nomás le dan ideas a una y corremos el riesgo de pasar el resto de nuestras vidas bien contentas.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Dudas gastrointestinales

Como es de todos sabido y de pocos aceptado, el cuerpo humano es un gran productor de efluvios, miasmas, gases y fluidos que nos hacen pasar por situaciones harto vergonzosas. Hago énfasis en esta condición, porque hace unos días, platicando con mis amigas llegamos a la conclusión de que es muy difícil andar quedando bien con alguien y evitar a toda costa que se dé cuenta de “nuestra humanidad”. Porque cuando una anda quedando con alguien, pues es una princesa, que no va al baño, jamás se enferma de gripe y mucho menos emite eructos al momento de la comida. Pero pasa. Y sucede que como queremos estar como lapas con nuestro nuevo amor; no despegarnos “ni para ir al baño” luego andamos mordiéndonos un codo porque tenemos que ir a saciar necesidades apremiantes de carácter fisiológico. Así que ante situación tan bochornosa, les pongo algunos consejos recolectados ya por experiencia propia, ya por la ajena, para evitar estos bochornosos sucedidos: Situación: tengo que ir al baño. Es apremiante, flotan los ojos y se aflojó el mastique. Habitación motelera de 2 x 2 m2 . 2 am, sin posibilidad de salir. Solución: no se preocupe bella damita, aquí tenemos la solución: ingrese al cuarto de baño, deje pasar 1 minuto aproximadamente, luego baje la palanca del retrete y en ese momento, descargue con furor apache: el sonido del desagüe tapara todo ruido vergonzante que pudiese generarse durante el trance. No aplica en diarreas de alto octanaje. Situación: Centro comercial abarrotado. Dos horas después de desayuno alto en proteínas y harinas. Los efectos se dejan sentir. Solución: corra al primer Sanborns que esté a su disposición o en su defecto, al baño de la tienda, aunque corra el riesgo de que le informen que el baño solo es para empleados del local. Aproveche todos los momentos en que está fuera del hotel para mantener la imagen angelical con que nos recuerda nuestro amor. Situación: llega la hora de dormir. Usted sabe que ronca y babea durante el descanso nocturno. Solución: procure cerrar sus ojitos después de que su acompañante lo haya hecho: cuando vea que el señor ya está en el reino de Morfeo, proceda a dormir, no sin antes poner la alarma a hora conveniente para despertar antes que el interfecto y así tener el tiempo suficiente de voltear la almohada babeada, quitarse las lagañas y dejar de roncar como trailer en subida. Situación: se siente envarada y con gases en la boca del estómago. Urge eructar. Solución: tome algún producto que contenga bicarbonato de sodio; al hacer efecto el medicamento: evacue el gas de forma elegante, despacito y entre los dientes. Si la cosa se pone grave, puede proceder a hacerlo con ganas y aproveche para recitar el alfabeto, por lo menos, lo hará reír. Consejos generales: Cargue siempre una cajetilla de fósforos durante sus viajes o encerronas; encender un cerillo en momentos de trance ayuda bastante a eliminar olores ofensivos. Precaución: encienda el cerillo una vez terminada la acción, pues se corre peligro de explosión. Considere la posibilidad de usar un pañal para adulto. El cartel que ilustra esta entrada es del diseñador Alejandro Magallanes.

domingo, 1 de julio de 2012

De esas frasecitas…

Creo que todos hemos estado en situaciones de diversa índole que propicia que los demás en un intento por darnos su apoyo moral o transmitir la felicidad que los embarga por nuestros éxitos obtenidos –cosa que con todo respeto, dudo– nos otorguen una palabra de aliento, estímulo o felicitación acorde al contexto. Pero a veces es contraproducente y se nos sale decir cada cosa… He aquí algunas que, ya sea vividas en carne propia o por experiencia ajena, he sabido: 1.En un funeral: ¡Felicidades! o ¡Muchos días de estos! 2.A una gordita soltera: ¿Estas embarazada? ¡Qué bueno, felicidades! 3.Un compañero de generación: ¡Qué bárbaro! ¿Hace cuantos kilos que no te veo? 4.El chistosito: “Seguro que cuando te subes a la báscula sale una tarjetita que dice: ‘¡qué se baje el otro!’ 5.En tu cumpleaños: “ahora que estas entrando a una nueva etapa de tu vida, te deseo mucha salud y una vida plena”. 6.“¿Y cuántos años dices que cumples? 7.¡Mira nomás! ¡Hasta dónde has llegado! Si yo te conocí de huaraches… 8.“Conozco a una nutrióloga excelente que te ayudará con tu problemita…” 9.La suegra a la nuera: ¿Y tú cómo te cuidas? 10.La misma suegra: ¿Y para cuando el bebé? 11.La madre al hijo: “esa muchacha no te conviene, ni sabe cocinar, ni trabaja…” 12.El amigo iluminado: “No, no, no, todas las personas que te hacen algún daño en realidad estuvieron en tu vida porque son tus maestros, ellos te enseñan cosas que es necesario que trabajes más…” 13.La amiga comprensiva: “No, lo tuyo no es nada, yo conozco a otra chava que nomás vieras, esa sí pa’ que veas que sufrió como condenada…” 14.“¡Mira nomás, esa chava parece chorizo mal amarrado con ese vestido…”. “Es mi hermana…”. “¡No, yo digo la de al lado, la del vestido rojo…”. “Por eso, esa es mi hermana”. 15.La dama encantadora de la telefónica: “Lo sentimos, el saldo de su amigo se ha agotado…”

domingo, 24 de junio de 2012

No tengo dinero… ni nada que dar

En estos tiempos de crisis, he pensado en mil formas con las cuales una familia promedio mexicana se pudiera divertir. Ya pasados son los tiempos en donde toda la familia salía al centro de la ciudad a jugar en las plazas, comprar globos, banderitas, fruta picada o papitas con chile. Pasados son los tiempos en que te comprabas una nieve o una paleta helada, o ibas al cine, sin temor a tener que gastar miles de pesos para satisfacer los caprichos familiares. He aquí algunas ideas para salir los sábados y los domingos y divertirse con un mínimo de gasto: Investigue cuáles son los fraccionamientos nuevos que se han inaugurado en las afueras de la ciudad. Los sábados y domingos son los días en que los posibles compradores de una casa de interés social pueden asistir a ver la casa muestra. Normalmente, estas constructoras colocan juegos inflables, regalan globos con el logo de la constructora, adornan con banderitas y si se tiene suerte, hasta bolsita de papas con chile o un imán para refrigerador les puede tocar. Lo malo de esto es que uno de los jefes de familia se tiene que fletar al vendedor que pasará más de una hora ponderando la ubicación del fraccionamiento, el cual queda a cinco minutos de la zona comercial, aunque no te dicen si en coche o bicicleta. El caso es que durante una hora, sus hijos podrán brincar como cocijos en los inflables, lo cual resulta una verdadera solución para la liberación de energía. Nota: las ferias de vivienda también son muy entretenidas y sale uno cargado de regalitos y folletos. Asista a demostraciones de automóviles o motocicletas: Normalmente, en estos lugares se le permite al Pater Familia subirse al auto de sus sueños, y lo dejan conducirlo por cinco minutos en el estacionamiento de algún centro comercial. Así aprovecha y le da la vuelta a su familia, aunque sea en un área de 20 metros cuadrados. Estos eventos tienen la ventaja de que se contratan a bellas edecanes que además de enseñar autos, enseñan pierna, así que será un deleite para el señor, aunque la señora acabe con el moño virado. Nota: debe usted llegar vestido de domingo y con cara de posible comprador. Domine la situación aunque no compre nada. Paseo por el supermercado: ya muchas familias han aprovechado esta oportunidad que les brindan las “grandes superficies”. Se lleva usted a la familia, abuelita incluida, gana carrito de súper en forma de coche o bien, alguno que incluya asiento para llevar a la octogenaria de forma cómoda y recorra los pasillos lentamente. No deje estante sin revisar. Procure comprar ofertas que incluyan premios a la salida, mostrando la nota de compra. Esto le llevará aproximadamente tres horas, lo que matará la tarde de un domingo en un santiamén. Al salir, no olvide mostrar su nota en los puestos de mayonesa, enlatados o productos de limpieza… siempre es muy agradable salir con un bonito sartén, dos palas para cocina, un aceite para coche gratis o una manopla para agarrar cosas calientes. Nota: ahí también encontrará bellas edecanes y música a 190 decibelios.

domingo, 10 de junio de 2012

Cómo conquistar a una mujer de cierta edad (Y decente)

El título de esta entrada puede sonar a lugar común o a instructivo de revista de belleza. Nada más alejado de eso. He observado –no sin cierta nostalgia– que ahora la forma de conquistar a una mujer ha cambiado radicalmente. Con las nuevas generaciones, ni me meto, ellos sabrán cómo le hacen. Me quiero referir, a las mujeres maduras que han tenido la oportunidad de conocer a algún prospecto más o menos apetecible ya sea para iniciar un romance que culmine en algo más formal o bien, cultivar una amistad que llene sus horas de soledad. Esto lo escribo en aras de mostrar un ejemplo de lo que los caballeros de cierta edad hacen ahora. Espero les sea de utilidad. Primer hay que saber que a una mujer de cierta edad (y decente) la educaron pensando que el príncipe azul sí existía. Es por esto que es de vital importancia revestirse de ese disfraz, aunque sea un ratito, al cabo las mujeres de cierta edad, sabemos que no es cierto, pero ¿a quién no le gusta fantasear un ratito? Aborden a la mujer de cierta edad (y decente) de forma delicada. Ya saben que nos gustan las palabras lindas, que nos halaguen el oído y que nos digan cosas amables y decentes, nada de que “estás bien buenota”, ni guarradas de ese tipo. Sean prolijos en la higiene, no se rasquen, suenen la nariz, escupan o beban demasiado. Ya sabemos que todos somos un costal de fluidos, pero ¡hombre! Más discreción con esto, es realmente desagradable ver que en el momento de quedar bien andan haciendo “sus cosas” sin pudor alguno. Durante las conversaciones por el chat por favor, utilicen los signos de puntuación de manera correcta, luego anda una entendiendo cosas que no son por no poner una coma donde se debe; además, esto refleja una cierta educación en el pretenso. Y hablando de conversaciones por Internet, jamás de los jamases le digan a una mujer de cierta edad (y decente) que quieren tener una conversación subida de tono a los tres días de conocerse. Esto es muy delicado, porque se puede caer en la vulgaridad y evidenciar de manera rápida y efectiva que sus intenciones son esas… ¡no sean tan obvios! Ni se les ocurra andar platicando sus aventuras pasadas con otras mujeres. A una mujer de cierta edad (y decente) le molesta sobremanera pensar que ella no es la ÚNICA mujer, a todas las mujeres nos gusta pensar que somos las únicas en la vida de alguien. Andar platicando conquistas pasadas para apantallar a la fémina con su maravilloso dominio de la virilidad es de muy mal gusto. Y se supone que “los caballeros no tienen memoria”. Por favor, si son bien inseguros y andan urgidos ¡no manden su curriculum vitae a la mujer de cierta edad (y decente). A veces no se qué es más pornográfico, si mandar el CV para que la señora en cuestión diga ¡Ohhh! Y se desilusione o la fotografía donde salen menos peor y la señora diga ¡Ay no…pues de plano, no! Espero que este breviario sea suficiente y explícito para decirles a algunos cuantos hombres que conozco, que todas esas “finezas” que hacen, derivan en que una mujer de cierta edad (y decente) huya como de la roña de ustedes.

lunes, 7 de mayo de 2012

De deleites, tristeza y entusiasmo

Eso de escribir que qué bella es la vida no me sale muy bien. Sin embargo, leyendo algo que cayó en mis manos, me di cuenta de que algunos filósofos griegos como Teofrasto escribieron libros sobre temas asombrosos. En uno de sus libros, escribe sobre el deleite, la tristeza y el entusiasmo. Así que hoy me aplico en escribir cosas que me deleitan, entristecen y entusiasman: Deleite es el entusiasmo y expectativa que nos causa la llamada del ser amado, cuando nos dice: “Te llamo por la mañana”. El corazón se regocija y el alma serenada espera con impaciencia el primer rayo del alba… Triste es ver que pasan las horas y la prometida llamada no llega. Se contempla el teléfono con incredulidad e impaciencia mientras se repite: “¡Ya va a sonar! ¡Ahorita! ¡1, 2, 3 Shazam! Entusiasmo: Sólo surge cuando el malviviente nos habla, cercana las 8 de la noche. El regocijo radica en el sopapo que le daremos al “seryanotanamado” nomás que llegue a la casa… Deleite es una conversación inteligente, al calor de un buen vino que se degustará lentamente. Si a esto aunamos deliciosa comida y música, el deleite se sublima. Deleite para tener el tiempo de platicar así. Triste es ver que lo que se prepara con tanto afán y delicadeza, sea zampado de un solo bocado por el interlocutor en menoscabo de percibir sabores, olores y sonidos que puedan deleitar a los sentidos. Entusiasmo: La musicalidad del eructo con que nuestro interlocutor nos hará saber de su propio deleite. Deleite es fumar un cigarrillo después de un café, licor digestivo en mano. Triste es saber que se pagará caro por el deleite. Entusiasmo de saber que lo bailado ni quien lo quite. Deleite es disfrutar de una deliciosa siesta después de comer, cuantimás si ésta va acompañada del sonido de la lluvia golpeando la ventana; percibir después el olor a tierra húmeda mientras Morfeo (o como le quieran poner) los arropa entre sus brazos. Triste es despertar sabiendo que la vida no es sueño y que en estos tiempos ya pocos son los elegidos para llevar a cabo el sagrado ritual de la siesta. Entusiasmo: Aquí no aplica porque si nos pasamos, nos da la modorra y después insomnio, por lo que en la mañana, no nos podemos levantar y tenemos que tomar una siesta… Deleite es ir de compras para amortiguar la depresión. Cartera o tarjeta en mano, todo se puede adquirir con el poder de la firma: vestido, zapatos, lencería, perfumes, tecnología de punta… Triste es la culpa que no nos deja llegando a casa, nos hacemos cruces y nos preguntamos en qué estábamos pensando, puro chirriar y crujir de dientes… Entusiasmo: es el que tenemos que meterle camino al banco para pagar nuestro desaguisado…

domingo, 29 de abril de 2012

Misterios familiares

Nunca he entendido los misterios familiares. Mi familia es misteriosa. Se supone que cuando ocurre una desgracia así como cuando acontece un suceso que nos llena de alegría, la familia debe ser la primera en enterarse, pero en mi familia todo es un misterio. Por ejemplo, si a una tía la van a operar, nadie dice nada. Todo se oculta, cuantimás si la operación es de esas que se consideran “vergonzosas” como por ejemplo, quitar las hemorroides o eliminar un quiste ovárico. Pero entonces sucede un fenómeno extraño. “Alguien” llama para hacernos partícipes de la susodicha operación. Con voz susurrante, (nunca hemos sabido por qué es susurrante, se supone que nadie escucha la conversación) el informante en cuestión agrega al susurro un dejo de tono compungido: – Te llamo para decirte que a Eufrosina la van a operar… – ¡Cómo! ¿De qué? ¬– Pues no le digas a nadie, ella no quiere que nadie se entere… – Si claro, cuenta con mi discreción… (¡Ajá!) – Pues mira, hace ya varios meses que se sentía mal de “ahí”… – ¿De ahí? ¿A qué te refieres? – ¡Ay, ya sabes de “ahí atrás”… – No, pues no me imagino, pero bueno… – ¡Ash! Bueno, el caso es que el viernes la operan, porque ya no se puede sentar, anda cargando la dona para todos lados… – ¡Aaah! Ya entendí, la van a operar de las hemorroides ¿verdad? – ¡Shhhh! ¡Cállate! Capaz que nos está oyendo por la extensión… – Bueno, y si no quieres que se enteré que me estás platicando, entonces para qué me hablas… Y así por el estilo. Por supuesto, la noticia corre como reguero de pólvora y a la media hora, ya toda la familia sabe el secreto de estado. El misterio familiar aplica para visitas de parientes lejanos (no quiere que sepan que vino); para bodas al vapor (la niña se embarazó antes de ser bendecida por las leyes correspondientes); para dar parte del fallecimiento de alguien (por lo general nos enteramos dos días después de ocurrido el suceso y luego se sienten porque una no fue a dar el pésame); para cuando a alguno de los miembros de la familia no le da la gana casarse y decide “juntarse” con su pareja (vivir en pecado es una de las peores afrentas familiares); para los que sí deciden casarse (pero no quieren participar el enlace porque no harán fiesta y no vayamos a pensar que están en la quinta chilla); para los que se van a divorciar (para que no sientan lástima de nosotros); para nacimientos, enamoramientos de un hombre o mujer casados, pérdida de trabajo, titulaciones, cambios de carrera, accidentes de cualquier clase y en general, cualquier acontecimiento simple o complejo que pudiera ocurrir en este Valle de Lágrimas. Lo único bueno de todo esto, es que una vive en la bendita ignorancia, y que también me reservo el derecho de admisión a mi pasado tormentoso… Esta nota se la dedico a mi prima M, quien se ha aplicado con justo encono a develar los misterios familiares más remotos del árbol familiar… nos hemos enterado de cada cosa… pero no le digan a nadie. Fotografía: pintura de Joyce Polance: http://www.joycepolance.com/

sábado, 21 de abril de 2012

El gato negro

Desde el principio aclaro que este no es un concepto de mi autoría. Se lo debo a mi querida amiga Y, que es excelente para crear metáforas visuales y de las otras, también. Dicen que la venganza es un plato que se come frío. Y que con esa frialdad, debemos organizar la logística revanchera, para que nos salga bien, cuaje y quedemos muy bien parados. También se dice por ahí, que cuando un hombre se quiere vengar, agarra y mata a los traidores de su ideología –llámese infidelidad, préstamo monetario o deuda de honor– sin menor problema, mientras que la mujer dolida, es la que planifica, perversea y nomás está viendo por dónde darle en la torre, ya sea a la amiga, al esposo o al amante. Yo me quedo con la teoría del “Gato Negro”. Desde tiempos muy remotos, los gatos han sido los que llevan la pesada carga simbólica del mal: acompañantes de las brujas, son casi la representación mismísima de Belcebú, cuantimás si se trata de un gato negro. De todas las razas y colores conocidos, el gato negro se lleva las palmas cuando de índice de maldad se trata. Y ahí está el quid del asunto: la teoría del gato negro nos indica que no debemos hacer nada para vengarnos, la venganza se gesta sola. ¿Qué debemos hacer entonces? Esperar, esperar, mientras se acaricia al gato negro. La vida y la paciencia van armando el escenario posible que nos otorgará tarde o temprano esa anhelada revancha. El problema es que pueden pasar años para que esto se cumpla. ¿Cómo saber que ya hemos sido vengados de la afrenta pasada? Cuando lo que le sucede al otro es proporcional al daño recibido. El chiste es no desistir. Seguir acariciando al gato negro de manera continuada, profusa y elegante. ¿Qué no pasa nada? Sigamos acariciando a nuestro pequeño gato, que de un certero salto llegará para arrebujarse en nuestro regazo en dónde se siente cómodo y bien alimentado. No hay nada que les guste más a los gatos negros que ser acariciados, con caricias sistemáticas, a veces lentamente como el paso del tiempo, otras compulsivas, cuando perdemos la paciencia. El felino se deja hacer, lo soporta todo con tal que lo sigamos acariciando. Y entonces un día, no se sabe cómo ni cuándo, el gato voltea a vernos con sus grandes ojos y comienza a ronronear…

viernes, 13 de abril de 2012

De jaculatorias y oraciones

Cuando nos encontramos en trance, apuro o peligro inminente, siempre es bueno tener a mano la oración exacta que nos ayude a pasar la pena de forma inmediata. Pues bien, me he dado a la tarea de hacer una recopilación de pequeñas oraciones o frases cuya efectividad está comprobada científicamente por los millones de personas que han obtenido el favor pedido con fervor. He aquí algunas de ellas: “Santa Rita, Santa Rita, lo que se da, no se quita”. Para los herejes también funciona: “el que da y quita, con el diablo se desquita”. “San José que no mal vuelva lo que ya se fue”. Aplicable en maridos, malas rachas financieras o reveses del destino En caso de verse en trance de amenaza por animal: “San Antonio bendito, amarra este animalito con tu cordón bendito”. No sabría decirles si aplica para arañas patonas, roedores o víboras, pero para perros, no.* También existe la versión de San Jorge: “San Jorge Bendito/ amarra tu animalito/ con tu cordón bendito/ y que no me pique a mí/ ni a otro pobrecito”. En esta versión no hay duda. “Santa Elena, que cada día me ponga más buena”. Optimista oración que debe rezarse con mucha devoción y que junto con los aparatos para hacer ejercicio o la media hora de caminata diaria, funciona acompañándola de una dieta balanceada. Para amarrar a la pareja: “Santa Martha, Santa Martha, no lo dejes en silla sentar, no en cama acostar hasta que a los pies míos venga a parar”. Para las cosas perdidas: Se hace un nudo con cualquier cuerda, listón o hilo que se tenga a mano y se dice: “San Donato si no encuentro lo que se me perdió no te desato…” Si se equivocaron con San Antonio, entonces pongo a su disposición esta jaculatoria que salió en la película “Los Tres Huastecos”: la cual las ayudará a sobrellevar la errada elección: “San Timoteo, que no sea feo” “San Ruperto, que no sea tuerto” “San Ramón, que no sea panzón” “San Ludovico, que sea muy rico” “San Pascual, que no sea animal” “San Preciado, que no sea divorciado” “¡Ángeles y serafines, que se cambie calcetines!” “Santa Elisa, y también camisa…” “San Alejo, que no sea p… muy viejo” “San Dionisio, que me dé buen servicio” Según la película, se reza durante ocho días, hincada arriba de un hormiguero, con los brazos en cruz; cuando se termina el plazo, se hacen tres reverencias y se manda un beso rumbo a la casa del susodicho. Y una más subidita de tono: “San Antonio, encuéntrame novio; San Eleazar, que me lleve a pasear; San Gabriel, que me sea fiel; San Hilario, que me dé todo el salario; Santa Eduviges, que esté bueno por donde te fijes; San Baltazar, que sepa besar; Santa Carlota, que la tenga bien grandota; San Matías, que me lo haga todos los días; San Ignacio, pero rico y despacio; San Crispín, que no sea un ´rapidín´; San Erasmo, que me lleve al orgasmo”. Y como sugerencia efectivísima, traer siempre un “Detente…”, que nos detenga, nos tenga y entretenga. *Nota aclaratoria: tiene que ser a San Antonio Abad, que es el patrono de los animales, porque si se encomiendan a San Antonio de Padua, que es el efectivo para conseguir marido, corren el riesgo de casarse con un animal.

sábado, 31 de marzo de 2012

Casting onírico


Yo no sé ustedes, pero a veces tengo cada sueño que me doy miedo. Una amiga me dijo que era muy sano analizar los sueños para ver qué me podía decir mi subconsciente y así sanar mi yo interior. Realmente debo estar muy dañada o de plano tengo un pasado tormentoso que no me deja estar tranquila y yo ni cuenta me había dado. Mi teoría al respecto es que debería de haber algo que se pudiera hacer para realizar un “casting onírico” antes de dormir, una especie de programación de canal en donde pudiéramos elegir qué soñar. Luego se levanta una con delirios de persecución, lagañas en los cachetes por la lloradera y toda descompuesta. Pongo a consideración de ustedes algunos de estos sueños, algunos recurrentes, otros no:

1. Sueño que estoy en unas elegantes oficinas de un corporativo y que soy la recepcionista. Mi trabajo consiste en contestar el teléfono y pasar recados. Suena el teléfono: – “Disculpe señorita ¿me podría informar si estuvo en la ciudad un grupo que se llama “Los Camperos de Tijuana”? Me urge saber” –. Es tal mi angustia por pasarle el dato al señor que hago una serie de llamadas con el “manos libres”, recorriendo todo el corporativo con mis tacones de 15 cm puestos y una falda arribita de la rodilla color azul marino. Finalmente doy con el dato y le contesto muy correctita: – “Si señor, me informan que el grupo estuvo la semana pasada dando un concierto en el estadio de béisbol de esta ciudad” –. Despierto absolutamente desconcertada porque si interpreto el sueño llego a la conclusión de que: a) Soy una recepcionista frustrada que siempre quiso contestar el teléfono durante 8 horas; b) Me encanta la música de Bandamax y el béisbol, situaciones que me niego a aceptar conscientemente; c) Tengo que renovar mi guardarropa porque sólo tengo pantalones de mezclilla, blusas coquetas y aretitos de perlita.

2. Sueño que estoy en la azotea de un edificio alto, alto. Me doy cuenta de que ¡puedo volar! Pero igualito que como lo hace Dumbo, con las orejas. Me arranco corriendo y ¡A darle vuelo a la oreja! Por supuesto que las tengo del mismo tamaño que siempre, nada de orejotas ratoneras. Y me voy, me voy dando vueltas, por un lado y otro, entre los edificios, las casas, planeando de lo lindo por toda la ciudad. De repente, me doy cuenta de que vuelo muy padre, pero en vez de zapatos, traigo puestas unas pantuflas de garra de león. Eso me angustia muchísimo, no hallo dónde aterrizar, encuentro un claro y bajo despacito para que las pantuflas no se me vayan a salir. Cuando quiero volar de nuevo, ya las orejas no me sirven. Cuando despierto, lo primero que hago es tocarme las orejas, no vaya siendo…

3. Sueño que soy la novia de Steve Buscemi (que para quien no sepa quién es, ha actuado en varias películas de los hermanos Cohen). Confieso en paréntesis aparte, que este actor siempre me ha gustado. Bueno, pues llego con mi mamá corriendo y le digo: “¿Adivina con quién ando?” Y mi mamá luego, luego da con el nombre, porque las madres lo saben todo, no sé por qué. En fin, que yo muy quitada de la pena, ando para acá y para allá con el santo varón ese, presumiéndoles a mis amigas (las cuales se quedan con cara de “pobre de esta, de dónde lo sacó”) y yendo al café, a la plaza, al centro con mi nuevo galán, hasta que él me dice: –“Y bueno ¿qué te vas a poner para el estreno de mi nueva película?” –. Me quedo helada, no sé qué responderle (ni modo que le diga que sólo tengo blusitas coquetas) y me despierto con una angustia y una zozobra que no le deseo a nadie. Corro a revisar mi guardarropa y pienso para tranquilizarme: “Bueno, al cabo que le digo a mi amigo Oscar que me rente alguno de sus modelitos el día que se me ofrezca”.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El soundtrack de mi vida


Siempre he pensado –y muchos estarán de acuerdo conmigo– que en momentos cumbre de la vida, deberíamos de tener música de fondo que nos acompañara en esos trances de alegría, sinsabores, abandono, hartes, gozo indescriptible, expectativas, esperanzas y demás lindezas que nos pone la vida enfrente a cada rato. Así que aquí les pongo mis sugerencias a ver qué les parecen:

Querido diario: hoy fui a jugar con mi amiga Bety. La muy perra tiene toda la colección de Barbis que soñar se pudiera, sólo le falta la divorciada, pero esa no la necesita porque sus papis andan en eso, así que me da como lastimilla. [Soundtrack sugerido para jugar a las muñecas: seleccione aquí]

Querido diario: ya fui a mis primeros quinces, la verdad estuvieron dos, tres porque los chavos se la pasan fumando, tomando y criticando a cuanta niña entra a la fiesta. Me sacó a bailar un naco en las “calmaditas” pero la neta le dije que no, porque el pobre esta lleno de granos y me dio como asquito… ¡Pobre! De plano le dije que por qué no usaba pomada de La Campana… se me hace que se sintió… [Soundtrack sugerido para momentos de lástima: seleccione aquí ]

Querido diario: te cuento que me encanta un chavo que vive a la vuelta de mi casa, pero no me pela… bueno, es que es más grande que yo… y pues ya ni la amuelo, me salgo en mi bici y paso por su casa como doscientas veces al día a ver si lo veo… ¡Es que está tan cuero el guey! [Soundtrack sugerido para rechazo adolescente: Seleccione aquí ]

Querido diario: ¡Ya tengo novio! Hijole, nunca pensé que el amor fuera así, tan romántico y lindo… ando en las nubes, no me concentro, no como, ando como ida, ya ni a mis amigas les hablo… bueno sí, pero se me hace que ya se hartaron de que mi platica sea sólo sobre Beto… Ya le hice una tarjeta de cuando cumplimos una semana, ya le llené el coche de post-it con mensajitos de amors, al mes… Ya mero cumplimos cincuenta días de andar y no sé que darle… Se me hace que le tejo un suéter… [Soundtrack sugerido para tejer un suéter: Seleccione aquí]

Querido diario: con tu perdón pero… ¡Pinche guey! Yo no lo quería creer, pero una amiga me dijo que vio a Beto con una mona en el antro… Claro que me metí a su feis, y por supuesto que lo etiquetaron en una foto con una bola de viejas zorras… a todas esas las conozco, dizque mis amigas… Y él que me dijo que se iba a jugar Gotcha con sus amigos… todos los hombres son iguales… [Soundtrack sugerido para mal de amores: seleccione aquí ]

Querido diario: no vuelvo a creer en ningún hombre, son una bola de mentirosos, ¡Ay si, te quiero mucho! ¡Eres el amor de mi vida! Hace tres días corté con Beto y ando que no me la acabo… [Soundtrack sugerido para ardillas: Seleccione aquí ]

Querido diario: hoy me fui con mis amigas al antro. Me encontré a Beto con la monita y yo entré con cara de “mira de lo que te perdiste guey” pero él ni me peló. Pasé delante de él como diez veces y nada… no sé qué hacer ¡lo amo! [Soundtrack sugerido para recuperar la dignidad: Seleccione aquí]

Querido diario: ¿Te acuerdas que te platiqué que fui al antro con mis amigas? Pues una de ellas me presentó a un niño ¡¡¡lin-di-si-mo!!!! Dicen que un clavo saca a otro clavo, así que de plano, me puse a coquetear con él y me invitó a salir… ¡No sé qué ponerme! [Soundtrack sugerido para clavos que sacan otros clavos: Seleccione aquí ]

Querido diario: ya decía yo que no podía ser tan bueno esto de salir con otro niño. Resulta que me dijo que yo le encantaba, pero para amiga, que soy una niña lindísima, que se la pasa increíble conmigo, que me gusta todo lo que a él le gusta… incluyendo los tacones, las faldas y los cosméticos… ¡¡¡resultó gay el guey!!!! [Soundtrack sugerido para “no eres tú, soy yo”: Seleccione aquí ]

Y bueno, le puedo seguir con miles de situaciones similares, pero ya ustedes pensarán cuál es la música que los acompaña en estos momentos de la vida, lo único que sí les digo es que siempre hay que llevar la música por dentro.

Prueba

Esto es una prueba para ver si mi blog funciona... esperen nuevas notas, no se me desesperen. Rima

lunes, 5 de marzo de 2012

Tan agradecida que pensarán que quedé


Buscando inspiración en la red para escribir, me encontré con un sitio que se dedica a agradecer los inventos creados por el hombre. He aquí mi lista:

Al inventor del elástico en los pantalones, va todo mi agradecimiento;
Al que inventó las toallitas húmedas, el papel de baño, los pañuelos desechables y los tapones, no tengo palabras;
Me pongo de pie ante el inventor del microondas, la cafetera eléctrica y el refrigerador;
No podía faltar en mi lista el científico visionario inventor de la píldora;
Al inventor de la ropa deportiva: no sabría qué ponerme los fines de semana;
Al creativo que inventó las palomitas de microondas, las papas fritas y la comida congelada le viviré eternamente agradecida;
La lavadora, secadora y lavavajillas no tiene precio;
No sé cómo agradecer al inventor del maquillaje compacto, el labial, el rubor, la máscara para pestañas, las pinzas para las cejas, el depilado permanente, las uñas postizas, las extensiones para el cabello, el bronceado en aerosol y la goma para el pelo… me pongo de pie;
Pido un aplauso efusivo y continuo para el visionario que inventó la pasta de dientes, el hilo dental y los enjuagues bucales… muchas parejas lo agradecen;
No pueden faltar en mi lista de agradecimientos, las tenazas, plancha de iones, tubos eléctricos, el tinte para el pelo y las pócimas antifreeze;
Al que inventó la comida congelada, para llevar con todo, las barras de ensalada, la comida enlatada y las cocinas económicas, mi reconocimiento más sincero;
Al que inventó el Scrabble®, el Marathón® y el Pictionary®… me han dado horas de diversión difíciles de describir con palabras.
Y por supuesto, no podía faltar Don Johannes Gutemberg a quien nunca dejaré de agradecer semejante invento… después, claro, de la pistola para el pelo, que ya se me andaba pasando.

domingo, 5 de febrero de 2012

Los consejos de una madre


A todas las madres que conozco les gusta verificar con ojo crítico cómo irán sus vástagos a las fiestas, reuniones familiares o antros a los que son invitadas. Mi madre, de la cual hace mucho que no escribo, suele darme los siguientes consejos que quiero compartir con ustedes por si algún día se les ofrece:

Ella me dice: “Ponte algo sofisticado pero sencillo, con un toque de extremo refinamiento”.
Lo que me quiso decir: “Ni se te ocurra ir apretada y enseñando la pechuga ¿eh?”
Lo que me pongo: Pantalón de mezclilla, choclo cómodo, aretitos de perla y blusa coqueta.

Ella me dice: “Vete formalita, que no se diga que una hija mía va mal vestida”
Lo que me quiso decir: “Ponte un vestido vaporosito, de olancitos, muy femenina”.
Lo que me pongo: Pantalón de mezclilla, choclo cómodo, aretitos de perla y blusa coqueta. Aquí puede que agregue una chalina.

Ella me dice: “¿Qué te vas a poner? Tienes que ir como digna representante de la maestra potosina”
Lo que me quiso decir: “Ponte un traje de dos piezas, media nylon color nude y zapato de medio tacón”.
Lo que me pongo: Pantalón de mezclilla, choclo cómodo, aretitos de perla y blusa coqueta. Aquí aplica saco porque daré una conferencia.

Ella me dice: “¿Te vas a ir así?
Lo que me quiso decir: “¡Ay hija, mis esfuerzos por hacer de ti una linda mujercita han sido en vano!”.
Lo que me pongo: Leggins, bota de tacón, accesorios llamativos y abrigo animal print. Acabo regresando a pantalón de mezclilla, choclo cómodo, aretitos de perla y blusa coqueta.

Ella me dice: “Tengo un saquito monísimo que te combinará a la perfección con tus zapatillas”
Lo que me quiso decir: “Esta criatura no tiene remedio, le voy a dar una ayudadita”.
Lo que me pongo: Pantalón de mezclilla, choclo cómodo, aretitos de perla, y blusa coqueta. El monísimo saquito, lo dejo colgado a la mera hora.

No cabe duda que el sufrimiento de una madre es inconmesurable…

sábado, 21 de enero de 2012

Quiero tener nombre de calle


Siempre me ha llamado la atención ese raro pero necesario oficio dedicado a ponerle nombres a las calles. Nuevamente me imagino –como en otras ocasiones – a unos señores de semblante cetrino, hundidos en una oficina oscura, devanándose los sesos y pensando qué nombre ponerle a las calles que cada día aumentan más en la ciudad. Me dediqué a revisar el mapa de la mancha urbana de mi ciudad y me encontré con unas muy ingeniosas, he aquí algunos ejemplos:

La Calle del amor que hace esquina con la Calle del Olvido; Demócrito –que nunca conoció a Fleming– ahora se hermanan en una esquina; Leonardo Da Vinci saluda por las mañanas a Madame Curie; La calle del Colibrí se convierte en la calle Blas Pascal por medio de la magia de la nomenclatura urbana. Los habitantes de la calle Islas Georginas del Sur no saben ni dónde queda su calle y mucho menos las Islas esas. Por medio de los misterios de la electricidad, el Camino al Aguaje se convierte en Ohm; la calle de Pensamiento hace esquina con No me Olvides formando un sugestivo poema involuntario. Hubo un creativo que le puso a las calles los nombres de todas las mujeres de su árbol genealógico acabando con el conocido “Anagaby”; por supuesto, los héroes patrios no pueden faltar: me encontré más de cinco calles llamadas Miguel Hidalgo, Morelos, Allende o Leona Vicario; los fenómenos meteorológicos están a la orden del día: varias zonas de la ciudad tienen nombres de calle como Nube, Agua, Huracán, Llovizna o Vendaval: las calles que se llaman con número o las letras del alfabeto son la locura y la Torre Eiffel hace esquina con Río Frío. Loro, Cacatúa, Perico, Tucán y Mirlo se convierten en Hacienda de la Parada, Del Sauce, De las Palmas y de las Garzas por la divina intersección de la calle Papagayo. Biznaga, Quiote y Kakuba hacen las delicias de Doña Josefa Ortiz de Domínguez en cada esquina.

Pero en donde sí pueden encontrar una gran inspiración es en el estado de México. En Chimalhuacán hay una colonia denominada “Ciudad Alegre”, donde todas las calles fueron denominadas con nombres de vinos y aguardientes: Añejo de Bacardi, Bobadilla 103, Vergel, Don Pedro, Cerveza Noche Buena, Azteca de Oro y Brandy Cheverny, publicidad gratis, a ver si no les cae la SOPA. La calle de Sombra, en la colonia Quinto Sol, Calle de la Amargura –ojala los de Ciudad Alegre los inviten a echarse unos alipuces –. Juan sin Miedo, Indio Triste, Rayando el Sol, Lindo Amanecer y Callejón del Trancazo son otros nombres que me encontré por ahí. No cabe duda que es todo un oficio esto de nombrar calles, ya no sabe una si la imaginación sobra o falta.

viernes, 13 de enero de 2012

Rosetta a la mexicana


– ¡Pero qué milanesas que te bisteces, yo pensé que ya te habías morongas…!–
– Simondor, mi buen, no se me alebreste, no andaba muerto, andaba de parranda…–
– ¡Tssss! Te víboras bien cámaras, pues que epazotes con los elotes pues…–
– Nanai, ando rete aplatanado… ¿vamos a jambar algodón, no?–
– Ya estufas mi buen, ¿a los tacostumbras o qué?–
– Yes en inglés… pero nomás traigo para un pato al orange ¿Qué no?
– Ya rugites lion… andiamo… ¿Y que? ¿Por qué tan achicopalado?
– ¡Pss, es que conocí a una ñora de buen lejos y mejor cercas, que me trae de un’ala…–
– ¡Oralessss! ¡Andas con tocho morocho!–
– Pss dos tres, según yo, quesque la traía medio muerta, pero pss a la mera hora, ¡nel! Que dijo mi amá que siempre no…–
– ¡Qué…! ¿A poco no aflojó?–
– Pss al principio como que sí, como que Querétaro con Michoacán, que yo en esa cola si me formo… y pos luego, que me empieza a chorear: que si tú… que si qué vas a pensar de mí… que si a chuchita la bolsearon… ¡Naaah! ¡Bola de viejas jijas, nomás lo ven a uno de buen ver y con los tanques boleados y ya le pusieron flores al altar…!–
–Pss si ya sábanas pa’ qué cobijas wey… ¿Y luego? ¿Qué Pachuca con Toluca?–
– Regálame un tabiro ¿no? Aunque sea prendido…
– Ahí’tá, pero ¿Y luego?
– Pos nada, que me di color de que lo que quería era cantón y carcacha y pus nel, no le llego ni a los tacones…–
– Pos tu, Agustín Lara, ya caerá…–
– Naah, a mi se me hace que ya Valentín bailó con mi’ja!–
– Ni módulo mi buen, a zorrear en otro Laredo…!–.

Para aquellos de mis finos lectores que no entendieron de qué trata el párrafo anterior, pongo a su disposición la traducción simultánea:

– ¡Pero qué milagro que te encuentro, yo pensé que andabas de viaje…!–
– No querido amigo, andaba un poco distraído, tengo una pena en el alma que me ha dificultado buscar a mis amistades…–
– ¡Pues yo te veo bien… cuéntame qué pasó…–
– Ando muy deprimido… ¿se te antoja almorzar algo?–
– ¡Excelente idea!, ¿Vamos al restaurante de siempre?–
– ¡Encantado querido amigo!… aunque sólo será un brunch ¿verdad?
– Así es, vayamos pues…Y me decías, ¿Cuál es la causa de tu depresión?
– Pues sucede que conocí a una señorita, muy linda y amable…
– ¡Qué bien! Ya es hora de que sientes cabeza y fundes una familia como Dios manda…–
– Pues sí, pero tengo mis dudas, pensé que yo también le gustaba, pero al parecer no está segura de sus sentimientos hacia mí…–
– ¿No aceptó tus requerimientos amorosos?
– Al principio, sí. Me di cuenta que yo sí le gustaba y aceptó dos o tres invitaciones, pero cuando la requerí de amores, se negó rotundamente ya que sus principios morales se lo impiden, según me informó. Yo más bien sospecho que se dejó llevar por mi impecable forma de vestir y mis buenos modales…–
– Ya sabes como son las mujeres. ¿Y qué pasó entonces?
– Amigo, regálame un cigarro por favor, estoy muy nervioso…–
– Aquí tienes, permíteme, te doy fuego…–
– Pues me percaté que efectivamente, ella sólo estaba interesada en casarse y llevar una vida de lujo y comodidad, situación que no puedo solventar en estos momentos…–
– No te preocupes, ya recapacitará y volverá a tus brazos…
– Al parecer, no. Sospecho que ya no quiere nada conmigo…
– ¿Qué te digo? Cuando es no, lo mejor es poner tus ojos en otra chica…

Definitivo, me quedo con los del primer párrafo… no me vaya a salir gato por liebre con los del segundo…

lunes, 2 de enero de 2012

A ver que día nos vemos… Pretextos evasivos para propósitos de año nuevo


Ahora que inicia el año, como siempre y para no perder la costumbre, nos proponemos hacer cosas que hemos postergado por flojera, falta de tiempo o de plano porque nos encanta procrastinar. Para que no sufran por no poder cumplir con esos propósitos de año nuevo, he decidido publicar una lista con los pretextos más usuales que usa el mexicano para evadir responsabilidades, espero que les sea de utilidad y amortigüen un poco el sentimiento de culpa generado por ahí del mes de marzo de cada año:

1.“A ver qué día nos vemos; nos hablamos; yo te llamo”: este pretexto es maravilloso para no ofender al amigo encontrado en la calle o plaza comercial. La verdad es que ni tú ni él quieren volverse a ver, les da flojera y ni tiempo tienen, así que para no errarle, estas frases son las muletillas con que nos zafamos del asunto;
2.“La última y nos vamos”: esta frase suele ser emitida por los caballeros amantes del culto a Baco; normalmente se la dicen a la esposa, novia o compañera en turno y lo único que crea en la susodicha es la esperanza de que de verdad sea la última. Esto jamás pasará, mi consejo es que lleven entre los bártulos de su bolsa, vasos desechables para transportar esa “última bebida”;
3.“Había un tráfico horrible; me tocó una manifestación; me agarró el alcoholímetro”: este tipo de pretextos son imprescindibles para evadir el propósito de ser más puntual. No aplica si vive en una ciudad de menos de dos millones de habitantes;
4.“Mañana empiezo la dieta”: este pretexto se puede repetir de martes a domingo y aplica como la conocida frase “hoy no fío, mañana sí”, porque normalmente cuando queremos empezar algo, lo queremos hacer en lunes, que es cuando inicia la semana, para hacerlo todo bien y como debe ser. Que no se diga que somos desordenados;
5.“No tengo nada que ponerme”: este pretexto es dirigido a las féminas lectoras que usando la consabida frase, se hacen el propósito –muy sano, por cierto– de cambiar su guardarropa en las baratas de inicio de año. Ya sabemos que es pecado llevar el mismo vestido a dos eventos diferentes.
6.“Tengo un viaje de negocios”: este pretexto es ideal para ciertas “escapadas” que nos hemos propuesto hacer. Tener cuidado de no guardar notas de hoteles, restaurantes u otros sitios de dudosa reputación, a menos que seamos románticos irredentos y nos encante hacer el consabido “diario de viaje”;
7.“Ash, todo mundo lo hace”: este pretexto es comodín para hacer cualquier cosa que se nos venga en gana aunque corremos el riesgo de que nos respondan con el argumento del pozo: “entonces si todo mundo se tira a un pozo…etc”. Para desarmar ese argumento, lo mejor es decir: “si tu te tirarás a un pozo, yo te seguiría”, con eso, hasta pueden sacar otros beneficios adicionales…
8.“Ahorita regreso… no me tardo”: pretexto para salir huyendo de la aburrida reunión, asistir a cita clandestina o de plano irnos a dormir;
9.“Ya te lo regresé ¿no?”: Si uno de sus propósitos es ser más compartido con los demás y prestar libros, películas, ropa o el estéreo para armar la fiesta, mi sugerencia es que también se hagan el propósito de apuntar lo que prestan, con fecha y todo; se sufre al hacerlo pero más se sufre si el fresco que se llevó tu disco te sale con este pretextito…
10.“Mi correo electrónico no sirve; el Face está haciendo cosas raras; me hackearon mi cuenta”: cualquiera de estas opciones sirve de pretexto para borrar comentarios, no contestar, eliminar indeseables, espiar y meternos donde no nos llaman en las redes sociales; pero es definitivo, si uno está en una red social, pues estamos expuestos a todo esto, así que no lo tomen personal. Los verdaderos amigos existen en la vida real.

A mis seguidores les deseo un año lleno de buenas actitudes, mucho sentido del humor, y no tomarse tan en serio la vida… ya saben que estamos en cuenta regresiva. ¡Feliz año!

Foto: http://www.oficina1.com/exposiciones/pasadas/colectiva-2/