miércoles, 1 de agosto de 2012

Dudas gastrointestinales

Como es de todos sabido y de pocos aceptado, el cuerpo humano es un gran productor de efluvios, miasmas, gases y fluidos que nos hacen pasar por situaciones harto vergonzosas. Hago énfasis en esta condición, porque hace unos días, platicando con mis amigas llegamos a la conclusión de que es muy difícil andar quedando bien con alguien y evitar a toda costa que se dé cuenta de “nuestra humanidad”. Porque cuando una anda quedando con alguien, pues es una princesa, que no va al baño, jamás se enferma de gripe y mucho menos emite eructos al momento de la comida. Pero pasa. Y sucede que como queremos estar como lapas con nuestro nuevo amor; no despegarnos “ni para ir al baño” luego andamos mordiéndonos un codo porque tenemos que ir a saciar necesidades apremiantes de carácter fisiológico. Así que ante situación tan bochornosa, les pongo algunos consejos recolectados ya por experiencia propia, ya por la ajena, para evitar estos bochornosos sucedidos: Situación: tengo que ir al baño. Es apremiante, flotan los ojos y se aflojó el mastique. Habitación motelera de 2 x 2 m2 . 2 am, sin posibilidad de salir. Solución: no se preocupe bella damita, aquí tenemos la solución: ingrese al cuarto de baño, deje pasar 1 minuto aproximadamente, luego baje la palanca del retrete y en ese momento, descargue con furor apache: el sonido del desagüe tapara todo ruido vergonzante que pudiese generarse durante el trance. No aplica en diarreas de alto octanaje. Situación: Centro comercial abarrotado. Dos horas después de desayuno alto en proteínas y harinas. Los efectos se dejan sentir. Solución: corra al primer Sanborns que esté a su disposición o en su defecto, al baño de la tienda, aunque corra el riesgo de que le informen que el baño solo es para empleados del local. Aproveche todos los momentos en que está fuera del hotel para mantener la imagen angelical con que nos recuerda nuestro amor. Situación: llega la hora de dormir. Usted sabe que ronca y babea durante el descanso nocturno. Solución: procure cerrar sus ojitos después de que su acompañante lo haya hecho: cuando vea que el señor ya está en el reino de Morfeo, proceda a dormir, no sin antes poner la alarma a hora conveniente para despertar antes que el interfecto y así tener el tiempo suficiente de voltear la almohada babeada, quitarse las lagañas y dejar de roncar como trailer en subida. Situación: se siente envarada y con gases en la boca del estómago. Urge eructar. Solución: tome algún producto que contenga bicarbonato de sodio; al hacer efecto el medicamento: evacue el gas de forma elegante, despacito y entre los dientes. Si la cosa se pone grave, puede proceder a hacerlo con ganas y aproveche para recitar el alfabeto, por lo menos, lo hará reír. Consejos generales: Cargue siempre una cajetilla de fósforos durante sus viajes o encerronas; encender un cerillo en momentos de trance ayuda bastante a eliminar olores ofensivos. Precaución: encienda el cerillo una vez terminada la acción, pues se corre peligro de explosión. Considere la posibilidad de usar un pañal para adulto. El cartel que ilustra esta entrada es del diseñador Alejandro Magallanes.

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