Pues resulta que ahora me he visto en la necesidad de
asistir a congresos de investigación. Nadie me preparó para lo que tuve que
hacer, así que, ejerciendo el derecho de ser propietaria de este blog y de que
puedo publicar lo que me dé la gana y que además soy generosa y compasiva con
mis pares, les dejo aquí unos consejillos para sobrevivir a tan magnos eventos:
Vestimenta: lo primero es investigar de qué trata el
congreso y quienes serán los asistentes para que no nos agarren desprevenidos
con el “outfit”. Si es un congreso de derecho, contaduría y teneduría de
libros, administradores o cualesquiera disciplina que requiera cuello blanco,
tanto hombres como mujeres deben ir de riguroso traje sastre; camisa blanca;
ellos corbata ad oc y ellas, discreta mascada, de preferencia de seda. No
olvidar medias color “nude”. Si por el contrario, el congreso es de
antropología cultural, filosofía y letras, lingüística o disciplinas afines,
artes visuales o diseño gráfico, pueden adoptar el consabido atuendo que consta
de blusa o camisa autóctona (de preferencia proveniente de un país
latinoamericano en conflicto), pantalón de manta, falda folk o bien, una
playera con consejas como: “The Wall. Pink Floyd”; “Se habla Español”; “Es
chido ser naco” o cualquiera de la Guerra de las Galaxias.
Actitud: esta parte es sumamente delicada, ya que como todos
sabemos, la actitud lo es todo. Nada de hombros caídos y mirada perdida como de
gallina comprada, no señor. La entrada tiene que ser espectacular, dominio
total del escenario. Si es necesario, sugiero un recorrido previo por el lugar
sede. Pueden ensayar levantar una ceja, ya que ese gesto es muy importante al
momento de escuchar ponencias de nuestros pares, porque indica que estamos en
desacuerdo con el ponente y le hacemos saber que segurito le preguntamos algo.
Nunca abrir la boca ni asentir como si estuviéramos de acuerdo. Antes bien,
provocar la duda, la incertidumbre y el desasosiego con gestos y miradas de
desaprobación. De cuando en cuando, sacar el celular para tomar fotos y hacer
apuntes. Eso los pone muy nerviosos.
Preguntas: la sesión de preguntas por parte del público
asistente a la mesa es la parte más disfrutable de las ponencias. Es el momento
cumbre en donde podemos explayarnos y demostrar al ponente la pobreza de su
investigación y al público asistente todo lo que hemos leído y la maravillosa
memoria eidética que poseemos al citar al hilo a 27 autores alemanes o checos
con una perfecta pronunciación. Para ponerle emoción al asunto, comience sus
frases con las siguientes expresiones: “Usted afirma que…”; “Suponiendo que lo
que dice sea cierto…”; “Quiero pensar que usted leyó a (mencionar aquí a algún
filósofo de un lejano país de Europa del Este)”. El chiste es acorralar, no
soltar, avergonzar y destrozar la tesis del expositor.
Título de su ponencia: esto es clave para defenderse de los
preguntones del punto anteriormente mencionado. Entre más complicado, caótico y
ambiguo sea el título, mejor. He aquí algunos ejemplos: “El humanismo
concurrente ante el cangrejo ermitaño: una disgregación prometedora”; “La
percepción postconcurrente ante el Manifiesto Comunista: una simbiosis
metafísica”; “La retractación impresionista y la Revolución Francesa: una
conspiración generacional”; “La desintegración pregeneracional tras las
canciones de Bollywood: ¿una yuxtaposición cibernética?”. Tip: los dos puntos
le agregan mayor dramatismo al título y fintean al espectador ya que parece que
nos van a explicar la primera línea. Nada más alejado de la realidad. Nos
provoca aún más desconcierto. Aquí les dejo dos enlaces que me han resultado de
mucha utilidad: http://www.yeray.com/generador/
y uno maravilloso en donde pones tus palabras clave y listo: http://www.jmarquez.com/presentr/index.php?lang=es
Cuerpo de la ponencia: Si después de titular su ponencia con
los nombres arriba mencionados logra tener una audiencia de más de 5 personas
sin contar a los cuatro que van a exponer, es hora de desplegar toda su
sapiencia y don de gente para dar paso a la lectura de la ponencia. Se
recomienda guardar compostura y seriedad, ensayar el tono de voz y tener a mano
una botella de agua. Sugerencia: cuando de adjetivos se trate, no se le ocurra
usar los consabidos: bueno, chido, bonito o feo. Utilice palabras del orden de:
pasilargo, holográfico, molecular, montable, anfisbaénico, ectoplásmico, atrofiado o
cualquiera que tenga seis sílabas: aeromántico, afarallonado, anepigráfico,
anquiderribado, antediluvianos, antropográficos, apiramidado, asistemáticos,
berberidáceo, caparidáceo, ceremoniático, cingiberáceo y otras por el estilo.
Presentación visual: Procure poner fondo negro a sus
presentaciones, esto le da un toque de dramatismo al asunto. Evitar las
gráficas de pastel o cualquier modelo legible en pantalla: opte por las
gráficas de barras, puntos o bien, ya en el colmo de la complejidad, digitalice
de un libro en baja resolución, tablas numéricas con valores tanto positivos
como negativos; esto agrega credibilidad a sus resultados pero nadie los
cuestionará. Agregando efectos especiales como aparición letra por letra o
baile en el espacio del texto hará de su presentación algo alegre y
entretenido. Se sugiere poner una diapositiva final con la leyenda “gracias por
su atención” y el sonido de aplausos. Tampoco se trata de ser maleducado.
Mientras tanto, no olviden mover sus manos de esta manera: http://pijamasurf.com/2014/01/siete-gestos-manuales-que-te-haran-pasar-por-un-sesudo-intelectual-gifs/
Esta entrada se la dedico a mi amiga Tuch, que iniciará el
sufrido camino de la investigación.