viernes, 24 de julio de 2009

Paris Hilton en la Huasteca


Me confieso flor de asfalto, rata de ciudad. Ya en entregas pasadas les he platicado sobre los avatares sufridos en días de campo, campamentos y comidas de corte bucólico. Nunca he entendido a las personas que, viviendo en la ciudad con las comodidades que esto conlleva dicen: “¡Ah, el campo! ¡Cómo me gusta respirar aire fresco; escuchar el rumor del viento entre las hojas de los árboles! No me identifico para nada con los poemas de Othón y no entiendo las odas y madrigales a los árboles... mucho menos me gusta la pintura paisajista; prefiero mil veces el asfalto, el concreto caliente y el ruido de los autos transitando bajo mi ventana. Algunos, al leer estas líneas se preguntarán si me caí de chiquita, pero –como dice mi madre “todo tiene su porque y su por donde”-. A continuación relato una de tantas experiencias que me ha obligado, con conocimiento de causa, a caer en el horrible vicio del ruido y el smog:

Boda de rancho: siempre tenemos una amiga (o) o conocido que tiene su ombligo enterrado en risueño pueblecillo perteneciente a alguna remota cabecera municipal. Te invita a la boda de su hermana: te preparas mentalmente para el traslado, llevando, por supuesto, la maleta llena de cosas inútiles como maquillaje, secadora y zapatillas de 20 cm de alto. Llegas al albergue asignado por la amable amiga –que normalmente es el único hotel del pueblo y que tiene el sugerente y rimbombante nombre de “Irigoyen Inn” o cualquier nombre de santo- y te dan unas llaves colgadas de un llavero con un alacrán encapsulado que incluye la leyenda: “Visite Tampico”. Pasas al cuarto asignado, el cual está amueblado con una cama con cabecera de madera laqueada en café y visos dorados, una silla tubular y una especie de buró-tocador-mesa que no sirve para ninguna de las tres cosas. Hacen 50° a la sombra, pero no hay de qué preocuparse: la estancia cuenta con abanico de dos velocidades, una de las cuales no funciona. Si se les olvida la chancla de hule para bañarse en una ducha con aplanado de cemento color verde pistache, recomiendo cubrirse los pies con bolsas de plástico. El “closet” es un tubo de aluminio, no hay ganchos y por supuesto, todo esto tapado con una cortina pringosa con estampados de Winnie Poo. El espejo muestra, con un poco de imaginación, la división geográfica del continente africano. Finalmente, sales a la calle con lo poco que pudiste hacer por ti en esas condiciones: te das cuenta que todas las calles son de terracería y acaba de llover. Lloras por tus zapatos. Lloras por ti. Maldices a tu amiga. Y ya no narro lo que pasa con el maquillaje y el peinado alto porque es demasiado fuerte.

Algunas recomendaciones al calce:

1. Lleven dentro de una bolsa, chancla cómoda con aplicaciones de lentejuela, una nunca sabe los caminos por los que hemos de transitar;
2. Si son de pelo grifo y chino no tienten a la suerte: un poco de gel y secado al viento, no queda de otra;
3. Ir con actitud ante lo impredecible: pueden encontrar un alacrán en su bolso, climas extremos y que sólo haya de beber cerveza y cocas al tiempo;
4. Llevar SIEMPRE un rollo de papel de baño. No les contaré cuántas veces clamé al cielo por él;
5. Si no queda remedio, ofrecer todos estos sacrificios al niñito Jesús, quien quite y sacan un ánima del purgatorio.


Esta nota se la dedico a todas mis amigas de la Huasteca, que de muy buena fe me invitaron durante un buen tiempo a quince años, presentaciones al templo, coronaciones de reinas del club de Leones, tardeadas y bodas. Como dice mi hermana: si no hay helipuerto y un Hilton en Tamasopo, yo no voy.

sábado, 18 de julio de 2009

El hombre en la luna

La respuesta a la pregunta ¿Qué quieren las mujeres? Ni Freud la pudo contestar. Pero hete aquí que el padre del psicoanálisis no tuvo la oportunidad de conocer las delicias de la red. Por este medio, nos llegan un gran número de frases, sentencias, reflexiones y decretos que las mujeres de cualquier edad deberíamos de seguir. Desde ponte el sombrero rojo, hasta éstos que TT le mandó a un amigo y que seguramente ya conocerán:


LOS 5 SECRETOS DE UNA MUJER FELIZ.
1. Es importante encontrar a un hombre que comparta contigo la responsabilidad y las tareas del hogar y que tenga un buen trabajo.

2. Es importante encontrar a un hombre alegre, que disfrute el baile, los paseos y que te haga reír.

3. Es importante encontrar a un hombre tierno de quien se pueda depender afectivamente sin que por ello te subordine y además, que no mienta.

4. Es importante encontrar a un hombre que sea buen amante y que adore tener sexo contigo.

5. Es muy, pero muy muy importante, que estos 4 hombres no se conozcan entre sí.


REFLEXIONES:

La antigua teoría era: 'Cásate con un hombre mayor, porque son maduros'.Pero la nueva teoría es: 'Los hombres no maduran, cásate con quien te dé la gana'. (Rita Rudner).


¿Cómo puedes saber la diferencia entre los verdaderos regalos de los hombres y los regalos por sus sentimientos de culpabilidad?Los segundos son más bonitos.

'Lo que teme un hombre cuando piensa en el matrimonio no es atarse a una mujer, sino separarse de todas las demás' (Ellen Rowland).

'Si un hombre te dice que necesita espacio, déjalo afuera'.


'Las mujeres que buscan ser iguales a los hombres carecen de ambición'. (Timothy Leary)

Las mujeres solteras se quejan de que los tipos buenos están casados. Las mujeres casadas se quejan de sus maridos. Moraleja: Los tipos buenos no existen.

¿En qué se parece un hombre a un columpio?... En que al principio divierte, pero al final marea.

Si pudimos enviar a un hombre a la luna... ¿por qué no enviarlos a todos?

domingo, 12 de julio de 2009

Hombres y mujeres de luz

Mi escepticismo no tiene límites. A lo largo de mi vida he tenido una serie de amuletos que han regido mi vida y ahora, con conocimiento de causa, puedo decir que son como el palito que necesitaba el patito para poder nadar sin miedo a ahogarse. De los primeros que recuerdo, está el famoso “¡Detente...!”. Para las almas impías que no conocen los “detentes” les dirá que es una pequeña estampita hecha de fieltro o papel, con la imagen impresa del Sagrado Corazón de un lado y del otro, el corazón de Jesús coronado de espinas. Se llama “detente” porque la frasecita completa dice: ¡Detente! El corazón de Jesús está conmigo”. Además, el portador de este amuleto, se lleva cien días de no transitar por el purgatorio, así que es de lo más efectivo. Yo traigo varias versiones en mi cartera, con la esperanza de pasar desapercibida para ladrones y malos hombres. También traigo un trébol de cuatro hojas que me regalaron, para que el “Detente” agarre fuerza... He traído flores tocadas al Santo Sepulcro, espinas en forma de la cruz de Cristo; astillas de la mencionada cruz; estampitas de San Judas, ojos de venado para el mal de ojo; jorobaditos... y ahora ando a la búsqueda del “Orión Dorado” que se anuncia en la radio por un santo varón, hombre de luz, que amasa fabulosas cantidades de dinero con él, porque asegura, es protector de las almas desvalidas. Mi casa la tengo armonizada con las reglas básicas del Feng Shui y lo escogí por la orientación que tenía; jamás pongo espejos que dan a las puertas y cambio los muebles a cada rato para que fluya la energía; no tengo cactus porque cortan las vibras positivas y me visto seguido de rojo para atraer energía y funcionar por la vida. Rijo mi vida por el horóscopo que sale en el periódico cada mañana aunque no le entienda nada o lea lo mismo pero bajo el signo de Leo; pero además conozco mi signo en el horóscopo maya, chino y celta; tengo ajos colgados a la entrada de mi casa para alejar a los vampiros; pero además, guardo en el fondo de mi ropero a la “Divina Chuparrosa” que concede amor a quien se lo pida; mi llavero es una pata de conejo, que a veces cambio por una herradura; mi sábila está decorada con doscientos moñitos rojos que le dan un aspecto de flor exótica; colecciono bolas de cristal para que se refleje la mala energía y un tierno gatito chino con la garra levantada, adorna mi tocador. Cada vez que enciendo mi computadora, corre un programa que emula el lanzamiento de las monedas del I Ching e interpreto su oráculo a mis conveniencias; toco madera, no abro paraguas adentro de mi casa y, ¡Jamás! Paso por debajo de una escalera. En fin de año, invierto dos horas de la fiesta en sacar las maletas y dar la vuelta a la cuadra de mi colonia; barro lentejas, me retaco las doce uvas de la felicidad al son de las campanadas de mi celular pensando al mismo tiempo doce deseos que siempre han sido los mismos; uso chones rojos con amarillo pero al revés porque dicen que eso trae consigo tener ropa nueva durante el año (¡Dios mío! Que me entere de las superofertas del centro comercial... ¡No me desampares!). Le llevé huevos a Santa Clara para que no lloviera en mi boda, pero no surtió efecto, seguramente porque comí de las cazuelas de casa de mi madre; algo robado, antiguo y regalado fueron cosas que me costó trabajo encontrar y después me arrepentí de no haberle pisado la cola a un gato, porque dicen que si lo haces, no te casas... Aquí les pongo una lista de cosas que deben o no hacer, según el caso, porque soy muy compartida y no quiero que nada malo les pase:


DE BUENA SUERTE
Conservar un dólar en la cartera, que además tenga forma de pirámide, le traerá mucho dinero.
Colocar elefantes de espalda a la puerta en números impares, atraerá buenas cosas para los habitantes de la casa.
Cuando se siente picazón en la palma derecha de la mano, eso significa que pronto se recibirá dinero.
Al colocarse mal una o ambas medias debe dejarlas así hasta las 12 minutos, pues esto le traerá suerte
Tocar madera cada vez que se expresa un deseo, hará que éste se cumpla.
A quien se corte las uñas los lunes, nunca le dolerán las muelas.

DE MALA SUERTE
Sentarse encima de las mesas trae como consecuencia el rechazo de proyectos.
Para evitar visitas no deseadas se debe colocar una escoba detrás de la puerta, pero, si por el contrario ya éstas han hecho acto de presencia, se debe colocar un vaso con agua tapado con un plato, para que se retiren cuanto antes.
La ruptura de un espejo es símbolo de siete años de mala suerte.
Abrir sombrillas dentro de una casa o apartamento, trae mala suerte.
Cuando una persona sale de viaje, no debe regresarse a buscar algo que se le haya olvidado, puesto que esto vaticina mal agüero.
Regalar pañuelos, trae a la persona que los recibe muchas lágrimas, sufrimientos y peleas.
Colocar dos cucharas cruzadas, con un poco de sal en sus extremos, aleja las nubes cuando va a llover.
Nunca deben dejarse las tijeras con las cuchillas abiertas, ya que esto trae hambre y miseria.
Barrer los lunes por la mañana trae mala suerte.

VARIOS
El que se baña el jueves o viernes santo se convierte en pez.
Si se le para una mosca en la nariz, recibirá una carta.
Cuando una tara entra a una casa, significa que pronto habrá una muerte.
Las personas que tienen los dientes separados son mentirosas.
La ropa negra atrae luto.
Cuando sueñe un sábado, todo se le cumplirá.
El que pase por un puente después de haber tomado una copa, se emborrachará.
A las personas que les suda la nariz son muy celosas.
Las manchas blancas en medio de las uñas significan mentiras que se han dicho.
Las personas que tengan un lunar cerca de la boca quedarán viudas.

Esta nota se la dedico a mi hermana, que es una mujer de luz: le toca prender la fuente de la felicidad y el fuego de la prosperidad todos los días en su oficina.

jueves, 9 de julio de 2009

El arte de ser una joven encantadora I

Entre los cientos de libros que inundan mi espacio, encontré uno que me remitió una vez más a mis mocedades, más cercanas que lejanas, aclaro. Un buen día me dio por coleccionar libros según su grado de cursilería, porque yo, no soy ruda, me declaro absolutamente cursi. El libro del que les escribo se llama “El arte de ser una joven encantadora”. Editado en 1953 por la editorial Fénix. Raro, no tiene autor que lo firme, por más que lo busqué. Cuando me puse a leerlo nuevamente, me di cuenta de que la autora –porque esto sólo lo pudo escribir una mujer- era una especie de doctora corazón, de esas que contestan cartas en las revistas femeninas o en la parte trasera de las fotonovelas. Cito los temas: “Recetas de belleza”; “A los veinte años”; “Saber ignorar lo que se sabe”; “La poesía del hogar”; “Sobre el flirt”; “La danza”; “Perfiles perdidos”; “Aquellas que trabajan”; “Las que lo merecen”; “Las solteronas”; “El arte de ser soltera”... y así un gran número de sugestivos tópicos a cual más de cursis. Utilizando el lenguaje de nuestra simpática autora les pregunto: ¿Verdad queridas damitas, que la curiosidad invade vuestras pequeñas cabecitas? Lo sé. Así que durante un tiempecillo me daré a la tarea de ponerles unos extractos de tan magnífica guía espiritual, para que las casadas agraden más al marido y las solteras no se queden “para vestir santos”, casi lo siento como un compromiso moral. A continuación cito un extracto de la introducción para entrar en materia y seleccionaré un tema al azar –con comentarios de mi cosecha- para beneplácito de mis lectores:

“Mis jóvenes amigas: ¿no es de buen augurio el comenzar nuestras charlas bajo los auspicios del “Hada Primavera”? Esa es una encantadora sorpresa que me ha reservado vuestra primera carta, la primera de esas tan simpáticas y tan diversas [...]”

LA DANZA
Ya os previne, mis queridas amigas, que hablaríamos de todo, de danzas como de estudios. La danza, palabra de encanto para la juventud, es una cosa linda y realmente hermosa... cuando lo quiere ser; pues no debéis ignorar que algunas veces se muestra desprovista de todo arte y hasta de toda decencia. [...] Por eso es que hay danza, como hay chocolate y chocolate. Danzas hay que son pura calidad y no hacen daño a la moral ni al físico, como hay otras, de calidad inferior que envenenan poco a poco, (SEGURO LO DICE POR EL DANZÓN Y DEMÁS RITMOS SICALÍPTICOS) igual que el chocolate malo deteriora el hígado y el estómago.

[...] ¿Acaso es más artística la forma en que se baila hoy? Todas las parejas atentas a los compases que reclaman su atención, están serias y graves o arrastradas por la vorágine de una conga parecen locos poseídos de risa y movimientos histéricos y salvajes entregados a los ritmos groseros de sus dioses. [...] Con todo, cualquiera que sea la forma de bailar, hay dos secretos para sacarle el mayor provecho, siempre ajustándose a las reglas del arte y la moral. Yo os lo ofrezco: el primero es la forma; el segundo es el límite.

Con estas dos premisas, creedlo, salváis vuestra moral y los censores no tienen motivos para desprestigiaros. Tened, pues, la gracia de hacéroslas vuestras estas dos fórmulas y el valor de no olvidarlas nunca. ¿Os reís contentas?... Entonces, ¡Bailad ahora!”.

Esto me recuerda los consejos de las monjitas cuando nos decía que teníamos que bailar a “un brazo de distancia”. Cuando quieran les presto el libro.

domingo, 5 de julio de 2009

Los encaminadores de almas....

No es una secta religiosa. No es un grupo musical. Simplemente, hay personas que no soportan vernos solos. Es como un reto para ellas invertir su tiempo en pastorear almas perdidas. Para que mejor me entiendan, una persona encaminadora de almas es una suerte de Celestina pero posmoderna. La persona con vocación de encaminador, como su nombre lo indica, trata a toda costa de encontrarle pareja a uno, no importa con quién ni los medios de los cuales se valga para conseguirlo. Normalmente te hablan por teléfono y dicen: “Amiga, te tengo un prospecto de sueño. Imagina, es ingeniero en mecatrónica (¿!!?), superexistoso, director de la empresa donde trabaja; tiene un auto de ensueño, se viste bien, le gusta leer, el cine y huele rico”. Como el ser humano es más curioso que sensato, nos entra la curiosidad por conocer a semejante partido, haciendo caso omiso a nuestra infalible intuición... Y ahí vamos, a la dichosa cita “a ciegas” –porque nos encanta despejar la “X”. Existen varias situaciones, todas ellas muy elaboradas, para organizar la cita a ciegas:

1. Se quedan de ver en una fiesta de un amigo(a) común. Tú vas con tu encaminadora del brazo, ella siempre cuchicheando al oído lo maravilloso que es el galán, porque le gusta el cine como a ti. Lo observan de lejos, y como que no quiere la cosa te acercas y lo conoces. Cuando comienza a platicar, te das cuenta que el cine que le gusta es el de Jean Claude...
2. Te quedas de ver con X en céntrico restaurante y cuando llegas, te das cuenta de que ya lo conoces y desde hace mucho que te cae mal y es hermano de una amiga a la que le bajaste el novio;
3. Las parejas de matrimonios que te invitan a cenar, vas sola... y cuando llegas te tienen la “sorpresa” de que invitaron al sobrino de 52 años que no se ha casado... lo cual te hace dudar del por qué de tal situación... cuando abre la boca para platicar brotan de ella palabras inconexas y además tiene un chisguete de voz... lo comprendes todo.
4. Cuando vas a ir a una boda y no tienes pareja, tus amigos amablemente ofrece: “Si quieres te presentamos a un amigo”... Una punzada recorre la boca de tu estómago, sudas frío y piensas que los procesos de selección natural no aplican para ti... eso le destruye la autoestima a cualquiera, caray;
5. Cuando la misma pareja, que no ha recapacitado en su proceder, te dice: “Ahora si tenemos a la pareja ideal para ti”. Vuelves a caer, porque como dije, el morbo mata todo, y se repite la misma historia del punto cuatro, pero ahora recargada: resulta que el amigo es “gay” y se acaba de dar cuenta... Y llega todo feliz a la cena para comunicar la buena noticia....

Bueno, estas son algunas de las situaciones que me han platicado, sufrieron algunas de mis conocidos. La pregunta entonces sería cómo librarse de una encaminadora de almas, que es peor aún que cualquier pareja conocida a través suyo. He aquí algunos consejillos que la sabiduría popular me susurró al oído:

1. No contradecir al encaminador. Cualquier argumento contrario a sus deseos es totalmente vano. Lo mejor es resignarse y decirle “que sí, que como no, que cuándo y a qué hora”;
2. Ir con la menor expectativa posible: ya se sabe que la esperanza muere al último, y después de ella le seguirá nuestra Celestina, así que no hay problema, quien quite y...;
3. Lo más seguro es que la encaminadora se sienta la “madrina” de la relación y presuma a todos que tu felicidad se la debes a ella; evitar en la medida de lo posible darle detalles de ésta, pues como será uno de sus máximos logros en la vida, no dejará que nada malo pueda sucederles a sus “ahijados”;
4. La próxima vez que una encaminadora de almas tome la estafeta para conseguirte pareja, regálale un curso completo de inglés por correspondencia o dile que mejor se inscriba en alguna clase vespertina: macetas de macramé, tejido, bordado en lentejuela, peluches para infantes... entre más complejo y largo el curso, mejor ;
5. Si pronuncia las terribles palabras “tengo justo un amigo para ti”, le dices que qué bueno, que justo andas buscando con quién sustituir su presencia en tu vida...a ver qué le parece el cambalache;
6. Si te pregunta: “Y, ¿todavía sigues sola?”, te le quedas viendo fijamente, le cierras un ojo en señal de complicidad y le contestas: ¿Crees que esta reina iba a durar sola mucho tiempo? Eso la frustrará, pero dejará de molestar.
A todos los que en algún momento hemos tomado el papel de encaminador de almas: por favor dejemos a la selección natural los hechos: es poco probable que se equivoque.