Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio.
Cerrar despacio. Este cierre significa un "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa "Cuidado, estoy comprometida".
Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un "No".
Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.
Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.
Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.
Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no la gustas.
Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa "Si". Sobre la mejilla izquierda es "No".
Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios.
Si se lo da a su madre, quiere decir "Te despido, se acabó".
Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa "es mejor que me olvides".
Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa "Te quiero".
Si se cubre el rostro puede significar "Cuidado, nos vigilan.
Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento.
Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, "Cuando te puedo ver".
Abrir el abanico y mostrarlo. Significa, "Puedes esperarme".
Cubrirse la cara. Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: Sígueme cuando me vaya. A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir "Puede besarme".
Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, "No me fío".
Pasarlo por la mejilla. Significa, "Soy casada".
Pasarlo por la mejilla. Significa, "Soy casada".
Deslizarlo sobre los ojos. Significa: "Vete, por favor". Mano izquierda. Llevarlo en la mano izquierda quiere decir: "Deseo conocerte". Moverlo con la mano izquierda significa: "Nos observan".
Mano derecha. Llevarlo o moverlo con la mano derecha, significa: "Amo a otro".
Pasarlo de una mano a otra. Significa, "Estás flirteando con otra" o "Eres un atrevido".
Girarlo con la mano derecha. Significa: "No me gustas".
Tocar la palma de la mano quiere decir: "Estoy pensando si te quiero". Sobre el corazón. Apoyar el abanico abierto sobre el corazón o el pecho, quiere decir: "Te amo" o "Sufro por tu amor".
Darse en la mano izquierda. Darse un golpe con el abanico cerrado en la mano izquierda significa "Ámame".
Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir: "Me gustas mucho".
Bajarlo a la altura del pecho. Significa: "Podemos ser amigos". También dejarlo colgado, quiere decir "Seremos amigos".
Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: "Me casaré contigo".
Saldré se indica poniendo el abanico sobre el balcón.También entrar en el salón abanicándose.
No saldré. Dejar el abanico cerrado en el balcón, salir al balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico cerrado.
Arrojar el abanico. Quiere decir: "Te odio" o "Adiós, se acabó".
Presentarlo cerrado. Significa: "¿Me quieres?".
Sobre la oreja izquierda, "Déjame en paz no quiero saber nada de ti". La derecha, "No reveles nuestro secreto".
Contar o abrir cierto número de varillas. La hora para quedar en una cita, en función del número de varillas abiertas o "tocadas".
Este texto me hace imaginar muchas situaciones preocupantes: imaginen si los hombres en su cotidiana distracción se aprendieron todo esto para interpretar los deseos de la dama; imaginen al hombre viendo a la señorita objeto de sus deseos contando las varillas para ver a qué hora la puede ver. ¿Cómo especifican qué día? ¿De qué mes? Si el caballero no es observador, se puede confundir entre la oreja izquierda o derecha, y bien puede fingir demencia a la hora de ver la aceptación de matrimonio. O confundir un golpe con un cerramiento abrupto del ventilador manual en cuestión. En fin, que antes se lograron, ¡caray!
Este texto me hace imaginar muchas situaciones preocupantes: imaginen si los hombres en su cotidiana distracción se aprendieron todo esto para interpretar los deseos de la dama; imaginen al hombre viendo a la señorita objeto de sus deseos contando las varillas para ver a qué hora la puede ver. ¿Cómo especifican qué día? ¿De qué mes? Si el caballero no es observador, se puede confundir entre la oreja izquierda o derecha, y bien puede fingir demencia a la hora de ver la aceptación de matrimonio. O confundir un golpe con un cerramiento abrupto del ventilador manual en cuestión. En fin, que antes se lograron, ¡caray!
Esta nota se la dedico a mi querido amigo RC, amante de procedimientos amatorios, fórmulas mágicas y creador de un excelente "Grimorio".