Yo había escuchado hablar de esta clase de caballeros, pero como mi curiosidad no tiene límites, me dije: “Rima, tienes que verlo para saber que es cierto”. Y me inscribí en el conocido sitio “buscocaballero- sensiblepuntocom”. Ingresé mis datos con cierto temorcillo, ya saben que una no puede andar dando sus generales así nomás. Y me di a la tarea de escribir el siguiente perfil: “damita gentil y sensible busca caballero con las mismas cualidades, que desee iniciar una bella amistad, pudiendo desembocar en una relación más formal que nos lleve de la mano a enfrentar los sinsabores de la vida”. Me gustó. Sonaba ingenua, con un toque de romanticismo. Lo guardé y me olvidé del asunto. A los tres días comienzo a recibir “guiños cibernéticos”: un cerradero de coquetos ojos en sistema binario invadieron el correo que abrí exprofeso. “superhalcón86 te ha mandado un guiño”; “peoresnada69” te ha mandado un guiño”. Me horroricé. Por supuesto que mi resorte indagatorio reventó e ingresé. Pude ver los siguientes alias de mis posibles acompañantes de vida: “reytiberius”, “miosito73”; “principeazul00”; “ojosdeeagle”; “raraespecie”; “negrosanto”; “astroman”; “zeuzencancun”; “papete”; “joetormenta”; “soloparamujeres”; “venenonumero5”; “cosita”; “amorimaginario” y así por el estilo.
¿Qué hacer ante tal oferta? Ni a cual irle. Decidí que la estrategia era ver el asunto desde el punto de vista sociológico y comencé a abrir los perfiles de tan misteriosos seudónimos. El rey Tiberius mostraba una foto en la cual aparecía cerca de una chimenea Luis XV, acariciándo a un León de plástico dorado con la boca abierta y mirada perdida. Desechado. “Mi osito” mostraba una foto de toda su humanidad en bella playa mexiquense. La panza desbordaba por encima de traje de baño tipo tanga y abrazaba con fruición una cerveza de conocida marca. Desechado. “Astroman” se mostraba orgulloso frente a su colección de monos de acción de la “Guerra de las Galaxias”. Desechado. “Negro santo” fue sincero, sólo pude percibir su sonrisa. “Principeazul00” me asustó, porque casi siempre el numerito indica el año de nacimiento y, o nació en 1900 o tenía 10 años. El rey Zeus, saludaba desde una tabla de surf; “Veneno” mostraba una torva mirada que me dio desconfianza de inmediato; “raraespecie” no fue merecedor de que yo abriera su perfil y “amorimaginario” no traía foto. Y ese fue el que abrí y esa acción fue mi perdición. Le mandé un guiño y dije “pues a ver qué pasa”.
A los tres días cumplidos, recibo una solicitud de ingreso a mi mensajero. Lo acepto. Comenzamos a platicar. Y yo, que mándame una foto. Y él, que no te la mando. “Bueno” –dije- “de perdida dame una descripción de tu persona”. “Muy bien” –me contestó- “Ahí te va”. La transcribo: 1.85 de estatura; delgado, pero musculoso; de sonrisa abierta y sincera; ojos azul cielo; cabello negro; nariz pequeña; boca de labios carnosos; frente amplia; no calvo; manos grandes; calzo del 9 ½. A estas alturas, vinieron a mi congestionada mente, cual remolino, todas las novelas de Corín Tellado, Jazmínes, Biancas y Barbaras Cartland que había leído en el salón de belleza de por mi casa. “Tengo que conocerlo” –me dije- “con esa descripción, camino al infinito y más allá hacia los sinsabores de la vida con singular alegría”.