Es una verdad absoluta que no venden porciones de nada para una persona en el super. Cuando se vive solo, se hace uno el propósito de comprar cosas sanas y que tengan alto contenido alimenticio. Buenos propósitos. Así, vamos al super y compramos un kilo de manzanas, media papaya, otro tanto de sandía, 5 kilos de naranja, uvas, plátano, lechuga orejona y escarola –porque es la que sale en las películas cuando preparan una ensalada- arándanos, mermelada de dos sabores, carnes y cortes selectos, quesos finos y con hoyitos, jitomáte, cebolla, cilántro y un laaaargo etcétera de cosas. Llegamos entusiasmados a nuestro hogar y comenzamos a acomodar todo en su respectivo lugar. Y comienza el paso inexorable del tiempo…. Al transcurrir de dos semanas, abrimos el refrigerador porque “ahora sí me voy a hacer yo de comer”… El espectáculo que contemplamos entonces es digno de cualquier película de terror, en el mejor de los casos. El Dr. Fleming moriría de felicidad y nos convertiría en sus proveedores oficiales para la elaboración de penicilina de primera calidad. Nos damos cuenta de que no estamos solos, estamos frente a un ecosistema plagado de pequeños monstruos que han dado cuenta de nuestras “delicatessen” de la manera más oprobiosa posible. Con la leche, ya podemos hacer un delicioso requesón, los jitomátes tienen una consistencia engañosa porque siempre vemos el lado lindo, pero por abajo están negros como capa de vampiro; el cilántro tiene consistencia de lirio desmayado y los quesos están listos para que se los coma un francés… Nos da coraje tanto desperdicio, fruto de la flojera por cocinar. En nuestra desesperación por hacernos un bocadillo madrugador, raspamos el queso, le cortamos la orilla al jamón y lo enjuagamos cuando ya está medio “baboso”. Tengo un amigo soltero que me dice que él ha llegado a “fusionar”una serie de alimentos que en su sano juicio jamás probaría, por ejemplo, patitas de cerdo en vinagre sobre galletas Marías, papas con mermelada de fresa o lechuga con frijoles de lata. He aquí los básicos de una persona que vive consigo misma:
- Cervezas, muchas…
- Refrescos embotellados
- 1 queso fresco
- 1 paquete de queso amarillo
- 200 gr de jamón
- Tortillas de harina
- Salsa casera
- 2 bolitas de chorizo
- 6 huevos
- 12 yogurths líquido
- Hielo (el congelador lleno)
Esto si es un refrigerador digno de un soltero. Y la comida mejor la compran en la cocina económica de su preferencia o se abonan con un amigo casado, aunque corren el riesgo de ser corridos a la semana por la ñora de la casa. Y de vez en cuando, el refri se limpia y descongela...
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