Por caprichos de la vida, he sido condenada al uso del transporte público de mi ciudad. Al principio, me chocaba estar horas parada en la esquina esperando un camión urbano o un taxi que me llevara a mi destino. Después le agarré cariño al asunto, porque, no cabe duda, las películas cuyas historias se desarrollan en Nueva York fueron una gran influencia para mí. Ahora me parece de lo más sofisticado hacer una seña y gritar ¡¡taxi!! con un berrido desesperado porque no sé chiflar como arriero. Además siempre llego a tiempo y no tengo que buscar estacionamiento. De las cosas más apasionantes al subir a un taxi, son las historias que se desencadenan en el interior de la unidad. Decidí entonces crear una clasificación de los abnegados conductores que nos prestan tan eficiente servicio.
Los coleccionistas: estos se destacan porque en el tablero del coche colocan, sin ningún tipo de curaduría, figuras con las más increibles, piadosas e irrisorias fisonomías. A saber: imágenes de santos que abarcan desde la santa muerte hasta la virgen de Schoenstatt; todas las figuras de la cajita feliz; personajes de manga… El que más me impresionó, es fanático del Pato Lucas. Su colección abarcaba 830 figuras que presume con orgullo a sus pasajeros: orgullo de su colección y de llegar a su destino ileso y con visibilidad cero por el tablero repleto de patos en todas las posiciones posibles.
El decorador de interiores: este es un clásico, de hecho, todos los choferes tienen un poco de decoradores. Son aquellos que cuelgan en el retrovisor el zapatito de su hijo, los cosabidos dados de peluche o esfera de espejitos ochentera o una sirena de mirada coqueta con esfera entre las manos; insectos encapsulados en resina en la palanca de velocidades, pie de metal en el acelerador, peluche de pelo largo en el tablero, camisetas del equipo de futbol preferido en los asientos delanteros; cubierta floral de tela nylon en el asiento trasero y espejito colocado estratégicamente en los laterales del coche. De aquí se derivan los decoradores de “concepto”: bandera tricolor durante fiestas patrias; cupido con flecha o pensamiento positivo con imán en febrero y micro piñata, si estamos en temporada navideña.
Los radioaficionados: estos conductores dominan todas las claves de radio. Un día, al subir al taxi, el chofer comenzó a transmitir lo siguiente: “Recogí 67 en buenas condiciones, cambio…”; “Si, está 2, 3 cambio…”; “ Si, con esta que me acusen de un 58”. No supe si tomarlo como un halago o ponerme nerviosa, pero desde ese día, cargo con mi código de claves, así me mantengo en 77, no me vayan a 69…
Los todólogos: estos saben de todo: política, situación económica del país, religión, violencia en la ciudad… Y para todo tienen la solución. Sugerencia: jamás de los jamases le saquen plática a un taxista a no ser que sea sobre el clima o si están seguros de poder patrocinarles una candidatura a diputado…
Los musicólogos: los que me caen mejor son los que ponen a la Sonora Santanera, música de trio o cumbia vallenato, le alegran a una el corazón… Nomás que aguas, porque una vez me tocó uno que se creía protagonista de canción de Arjona y ya me andaba; me bajé en la primera oportunidad que tuve y le dije: “No gracias, prefiero a Pérez Prado, ese sí que tenía candela…”
6 comentarios:
Hola Rima, buenísimo tu artículo sobre el transporte público. Y chistosísimo! Ja ja
Que bueno que le agarraste la onda rápido: sí,es suave:una buena parte de mi vida fuí usuario de este sistema.Sobre todo de camiones.Los taxis son una maravilla y la cháchara de primera.
Te mando un saludo,felicidades.
El Navegante.
Saludos{
El Navegante.
Mi querido Rodolfo... veo que ya le andas agarrando la onda a lo de los blogs!!! ¿qué pasó con el tuyo? Mil gracias por tu comentario!!! un abrazo.
Para los que no dominan las claves: 77 significa estado de alerta... y 69, ya todo mundo sabe...
de terror es la posición 114.
Un 69 con la 45 del marido en la cabeza
Qué hago? sigo sin sueño!
jajajajajaja... maestroooo, creo que con una ducha caliente y un tecito de tila sus males tendrán remedio... o una pasita, que es mejor...
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