Como ya he platicado, tengo un montón de lectores que alimentan mis recuerdos ¿O qué pensaron? La Rima tiene una memoria de elefante... Bueno pues un amigo de éste blog y compañero en aquellas andanzas ochenteras menciona que cuando él sacaba a bailar a alguien le decía: ¿Quieres bailar? Si la fémina contestaba que no, entonces él le decía: “entonces de hacer el amor, ni hablar ¿verdad? Cito textual:
“Bueno, esa frase que pudiera ser tan atrevida, habría quién la tomara de broma y ello ayudaba a romper el hielo, quizás a generar un interés y con ello acceder a bailar. Había muchas más, dependiendo de la habilidad del personaje, pero el objetivo siempre era que no te dijeran que no y que esto no fuese evidente, ya que regresarte con un "no" frente a todos y "todas" aumentaba la probabilidad de que siguiesen nos y nos”.
Luego me aclara que muchas veces, entre ellos se hacían el “quite”, el cual consiste en ir a sacar a dos amigas, una de las cuales era del interés del joven aspirante a bailar; la otra chica es la amiga “gordita”, nada apetecible, por cierto. El amigo, en un despliegue de solidaridad masculina, sacrifica su comodidad para bailar con la gordita, nomás para que el otro ligue. Esos si son amigos. Tenían toda una logística que ni en mis más locos sueños guajiros pude imaginar: platicar con las amigas para dar entrada a los otros que esperaban ser “posicionados” y evitar a como dé lugar el rechazo. Comenta además, que ellos normalmente sacaban a bailar las “calmaditas” a jovenzuelas que podrían ser prospectos para casorio seguro... y seguro que para otras cosas también, que a mí no me engañan... Como podrán comprobar, siempre es bueno saber qué piensa el otro lado de la moneda.
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