jueves, 1 de enero de 2009

Recato y decoro = ripio de candor

Las viejitas de antes si tenían muy claro lo que era el pudor. Si ya se habían “logrado” las pobres, no era cosa de que un doctorcete les viniera a quitar a esas alturas su honra, mancillada por una enfermedad. Me cuenta mi padre que a la tía H, un mal día le detectaron una enfermedad intestinal –seguro porque no tomó su menta poleo- y le recetaron entonces unos supositorios. La pobre mujer andaba que no la calentaba ni el sol nomás de pensar en los supositorios y la forma de insertarlos dentro de su cuerpo níveo e intocado. Pero no contaban con que el pudor da ideas de lo más ingeniosas para estos casos: tomó los supositorios y los hizo cuadritos y después se los comió. Seguro ha de haber pensado: “Total, pues esto saldrá por el mismo lado por donde deben entrar, ¿Cuál es el problema?”. Era tal el pudor en temas relacionados con la reproducción, que cuando mi mamá era niña, acompañaba a mi abue a poner inyecciones; caminado por la calle, no faltaba que leyera un letrero que decía: “Partera titulada. Servicio día y noche”. Mi sagaz madre le preguntaba entonces a la suya: “Mamá, ¿Qué es una partera?”, a lo que mi abuela muy seria le contestaba: “hija, pues son las que dan “parte”. Mi mamá que no era nada tonta a sus siete años pensaba: “¿De qué darán parte día y noche? En otra ocasión, cuando rezaban el rosario una de las oraciones decía “...María siempre virgen antes del parto, durante el parto y después del parto...” entonces la cuestión se convertía en un enigma mayor... y no quiero ni imaginar a mi abuela contestándole eso... seguro le decía que fuera y le preguntara a la virgen... Durante años, mi mamá pensó que los sacerdotes no iban al baño, igual que las monjitas... que eran angelitos. Pues un día en las posadas de San Juan de Dios, vio que un padrecito salía del baño abrochándose la bragueta –nada recatado el curita- y todo su mundo de ilusiones se derrumbó... Ahora entiendo por qué me daba consejos tan escatológicos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciable Rima, pregunte a su apreciable Don M acerca de los dichos en el dominó, es un tema que estamos esperando... desde Paris: Poco y bien!

Anónimo dijo...

Mi estimada amiga, me gustaría compartir una anécdota de mi Madre que tenía una tía muy querida la señorita M,en un pueblo de Guanajuato. Un mal día ella enfermó al igual que la tía H de tu Padre. Y el remedio fué el mismo unos supositorios, esta querida tía ignorante de la aplicación del remedio y de acuerdo a la forma de los mismos preguntó como era eso de los supositorios, acaso eran chupaditos?