Mi pañuelo perfumado/que me trajo mamacita,/planchadito y bien doblado /me lo guardo en mi bolsita. /Cuando lloro sin consuelo,/¡Saco entonces mi pañuelo!/que me trajo mamacita.
Esto fue en 1940 y todavía se acuerda el inocente. Cualquier niño se sentía infeliz con esto: a uno se le olvida todo a la mera hora, tienen que sacar en andas al chiquillo chillándo y apanicado de tener que hablar en público por el resto de sus días... sin mencionar que todo queda registrado en foto o video para beneplácito de la cabecita blanca en cuestión. Fin de año. Otro festivalito consistente en demostrar a los padres de familia todo lo que sus vástagos aprendimos en el año: competencias de aritmética, deletreo y ortografía; preguntas de ciencias sociales y naturales que ni los del National Geographic podrían contestar... Al final, entrega de diplomas por aprovechamiento –diploma que aclaro, nunca me saqué- y dos meses de vacaciones para recuperarnos para el siguiente festival que se lleva a cabo en septiembre, mes de la patria. Chiquillos humillados porque los disfrazan del padre Hidalgo o de doña Josefa Ortiz de Domínguez, usando la mantilla española de la abuelita, con chongo, peineta y un “seis” en cada sien-. Al que le tocaba hacer de “Pípila” le confeccionaban la piedrota de cartón y los demás nos conformábamos con salir de inditos redimidos ¡qué tiempos! Festival de noviembre: la revolución, todos de rancheros con bigotes, carrilleras y las niñas vestidas de Adelitas (Ver “En lo alto de la abrupta serranía”). Lo bueno es que los disfraces y los actores infantiles se pueden reciclar, porque el calzón de manta sirve para tres festivales, los dos mencionados, más el de navidad, donde todo mundo sale de pastorcito y la niñita rubia sale de virgen María o de niño dios... Caso aparte merecen los cuarenta y siete saludos a la bandera que nos chutábamos, jurando al lábaro patrio amor incondicional... amor que, como todo amor, se deteriora con el tiempo... Reflexionando sobre tan apasionante tema, puedo decir con certeza que esto de los festivales se ha convertido en una venganza generacional y los hijos de nuestros hijos seguirán organizando festivales... hasta el día del festival final.
En la foto: Mi cachetón hermano en pose sugestiva, preparando machincuepas para el festival del día del niño, en donde él era un ratón que pertenecía al coro de "El ratón vaquero". Mi mamá confeccionó el disfraz.
2 comentarios:
Me encanta todo lo que escribes ya le he dicho a mi hna que ponga un comentario pequeño para que te anime y veas como leemos con gusto y esperamos el proximo mensaje para recordar,invéntate uno de los anuncios en los 70´s que duraban mucho mas que los de ahora los de Coca-Cola,algo de Viva la Gente,,o de lo discos negros LP´s,de tu primer beso,,tu primer cigarro jajaja..los bailes al CRF (recreativo)tu primer robo,digo si es que hubo...primer novio,hay tanto todavia por escribir pimis!
y de tus perros!!los gatos de tu casa!un beso y sigue inspirada lo bueno que tendrás tiempo en estas vacaciones,y haber si nos vamos a tomar un café o el desayuno con las primas,
GCC alias Pimpo!
al leer esta parte me acorde de mi incursion en el festival de primavera (bailé rondas infantiles de aquellos años)en el cual sali, tendria yo como unos 6 años (vivia en slp), todavia conservo la foto que me tomaron con mi vestidito rosa ampon y mi cabello recogido en chongo decorado con una corona de florecitas ahhh y mis zapatos nuevos en color blanco, pobre de mi hermana menor la tenia harta ensayando los pasos del bailable, me acuerdo de una de las canciones que baile sonaba "estaba la pajara pinta colgada del verde limon, ...." ahhh tiempos aquellos
Publicar un comentario