miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Pequeña Lulú... mi gurú

Teníamos en mi casa una caja de cartón guardada en el closet con un número bastante significativo de cuentos o historietas, de los que ahora son llamados "comics". Impresos en un formato grande, digamos, tamaño oficio. La editorial "Novaro", aquella del triangulito en la esquina superior izquierda del cuento, editaba historietas de un gran número de personales: Periquita, Lorenzo y Pepita y sus emparedados de 5 pisos; Sal y Pimienta, que sólo entre ellos se entendían; Archi y sus amigos, sueño dorado de toda niña de vivir en Riverdalle, ir a una escuela así y andar con Carlos -que guapo, pero era sólo un ¡monito!-. Me acuerdo que en casa de unos primos, conocí historietas del bajo mundo: Fantómas y sus voluptuosas mujeres con nombres de zodiaco; Rarotónga, Kalimán, Memín Pingüín, etc. El Pájaro Loco -y en eso si difiero de mi querida "Mafalda"- me caía gordo, así que casi nunca lo escogía; La Zorra y el Cuervo, donde "Zorri" siempre salía mal; El Conejo de la suerte, Mickey, el Pato Donald; Trompín y Colita; Daniel el Travieso. Mención aparte merecen los anuncios que aparecían en ellos: Charles Atlas y su método reductivo; ahí aprendí la palabra "enclenque". También se anunciaban métodos para aprender a dibujar por correspondencia, lentes de rayos "X"; los famosos Sea Monkeys, que eran una especie de larvas que nunca pude ver, pero que supuestamente hacían trucos circenses (te vendían trampolín, rueda de la fortuna, etc. El fraude más grande de la historia...). ¿Se acuerdan del anuncio del "Cochinón"? Apareció en esos cuentos y creo que fue el primer intento por concientizar sobre el problema de la basura.

Pero la que a mi más me gustaba era "La Pequeña Lulú". Con sus bucles y muy restirada, salía Lulú a realizar algún encargo de su pechugona madre, la Sra. Mota, con su gorrito y bolsa de mano.. Siempre se encontraba a Tobi y sus amigos - Fito y Tino, que tenían un club en donde no se admitían niñas. Lulú y la dientona Anita, intentaban entrar y ver que había dentro del club; nunca lo lograban. Le encargaban cuidar a Memo, un niño malcriado que siempre se aplacaba ante los cuentos de Lulú, en donde la bruja Ágata y Alicia su sobrina eran las protagonistas malvadas que hacían rabiar a una niñita pobre... Lulú, gracias a tí, empecé a dibujar, a hacer historieta, a inventar mis propios cuentos, a querer ser diseñadora... ¡Dios mío! a ser tan ñoña...

1 comentario:

Unknown dijo...

Para:
"La Pequeña Rima"

Eres el ideal que toda niña quisiera ser...¡hasta La Pequeña Lulú! En ésta casa hay una pequeña, gran, fan tuya...