sábado, 8 de noviembre de 2008

Álbumes: un vicio atroz

Cada fin de semana, mi papá me daba mi "domingo". Era una cantidad exhorbitante en aquella época, digamos cinco pesos. Se suponía que debía durarme toda la semana, pero otro de mis aciagos días de niñez, descubrí los álbumes. Es evidente que las empresas crean este tipo de cosas cuando algún monillo está de moda para para sacar la mayor ganancia posible. La duración de la publicación: a lo sumo dos meses. Primero junté un álbum de artístas de cine, me acuerdo que era negro, con estampitas con un filito rojo. Después, el de los personajes de Hanna-Barbera: el oso Yogui, Pingui, Tiroloco Mcgrow. Pero cuando salió el de "Amor es..." enloquecí. Era un álbum cuadradito, de color rosa, que trataba de qué es el amor. Indicaba mediante pequeñas lecciones cómo demostrarlo. Eran dos monillos desnudos, que no tenían nombre, que podían ser cualquier persona... Mi hermana y yo a cual más a ver quien llenaba su album primero... pero las condenadas estampitas salían repetidas... En el colegio se creó un mercado negro de estampitas. Ya, ya, ya, ya ¡No! gritaba una cuando una amiga las barajaba frente a tí para hacer el intercambio de rigor. Había unas difíciles de conseguir y esas te las intercambiaban de a dos por una o hasta tres estampitas... Las niñas de más recursos traían cientos de estampitas; las malditas podían llenar el álbum cuatro veces con la mano en cintura. Dolorosamente, comprendí el valor del dinero, yo compraba 3 o 4 paquetes de estampitas a la semana que salían repetidas... Entonces decidí hacer mi propio álbum, pero era de Mafalda, que siempre me gustó más...

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy Querida Rima:
Mis papás jamás entendieron que parte del ejercitamiento de la memoria era, precisamente, intercambiando estampitas, era increíble ver cómo las chavitas que no se sabían bien ni el nombre de su colegio completo Ju.......Peza, podían retener en sus frágiles neuronas tantas imágenes, el consabido: ya, ya,
ya, ¡NO!, ya, ya, ya...
Si nos hubieran comprado estampitas, tan sólo para cambiarlas, ya sería yo Gerente de algún Consorcio Trasnacional...cómo seguramente lo serán ellas gracias a eso!