Ahora que está de moda todo lo "retro", me pongo realmente nostálgica. Tenemos una moda medio ecléctica, quiero decir, que todo está de moda: camisetas impresas con imágenes que van desde el Pop Art hasta las que todavía andan anunciando que El Ché no a muerto... o los pantalones untados de los ochenta, o los vestidos tipo campana... Pues confieso que uno de mis peores recuerdos de niña, es la ropa que me ponía mi mamá. Para empezar, a mi hermana y a mi nos vestían iguales. Como eran los horrorosos 70s, pues estaba el boom del plástico, para ser más exacta el "cuerhule". Se usaban unos vestiditos cuadrados imitación piel, en vibrantes y fluorescentes colores, con cadenas por todos lados y que se complementaban con mallas de acrílico y, por supuesto, zapatitos de tres colores marca Canadá: rojo, azul y blanco. Pues yo odiaba que me visitieran igual que mi hermana y ella confiesa lo mismo; sudaba como negra en cañaveral con el dichoso vestido, y para rematar, esos zapatitos, duros, ridículos y de charol que rompían con toda mi estética personal. En la foto que acompaña la nota estamos mi hermana y yo, aparentemente felices a orillas del lago de los patos de Morales. Muy agarradas de la mano -típica pose materna-. En realidad ella me está encajando una uña, porque yo le dí una patada en la espinilla con mis zapatitos Canadá.
1 comentario:
¡Amiguita...!
¡Pero del demonio!
¡Mirá que carita tan linda e inocente la de tu hermanita...!
Realmente es una foto muy tierna, tan bien tomada que parece de catálogo de Mac Call´s, intuyo que las manos de Mamá Irma sostenían la cámara.
Qué decir de la mirada pícara diabóloica de la otra criatura...
¡Sabrá Dios que habrá sido de ella...!
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